Aina Levesque, Ana García y Jesús González, en la presentación del informe de las caravanas

Aina Levesque, Ana García y Jesús González, en la presentación del informe de las caravanas | Jaume Morey

Gemma Marchena25/10/24 13:09Actualizado a las 16:28
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La UIB ha presentado un estudio sobre el fenómeno de los asentamientos de caravanas de Palma: «Han venido para quedarse», señaló este viernes el doctor Jesús González, catedrático del Departamento de Geografía y director de la Cátedra d'Estudis Urbans de la UIB, que ha revelado los resultados preliminares , recopilados junto a las investigadoras Ana García Gallego y Aina Levesque Bonnín. El estudio preliminar, a falta de una investigación más profunda de los datos, revela que la residencia de caravanas «va a extenderse. Se trata de una situación estructural y los asentamientos están en proceso de consolidación, no en decrecimiento», explicó González.

En esta radiografía de los asentamientos de caravanas, con datos recogidos entre junio y julio de este año, se han identificado 150 autocaravanas, de las cuales unas 83 estarían destinadas a uso residencial. Los lugares donde están ubicados estos asentamientos son Son Hugo (el mayor de todos), Son Güells, Ciutat Jardí, La Vileta, Cas Català (aunque está en Calvià) y Nou Llevant (donde no han detectado ninguna caravana habitada).

Uno de los datos que llaman la atención es que en las caravanas se han detectado familias con niños, en concreto cinco, además de dos mayores de edad que viven con sus padres. Hasta 45 autocaravanas están ocupadas por una persona, en 13 viven dos, en dos viven tres personas y en dos caravanas conviven cuatro personas.

El perfil sociodemográfico es variado, aunque mayoritariamente se trata de población con trabajo y de nacionalidad extranjera, con empleo fijo en el sector turístico y en la mitad de los casos tiene un sueldo que oscila entre los 1.000 y los 1.500 euros, aunque el 43 por ciento cobra menos de 1.000 euros. Los encuestados que buscan casa pueden pagar «no más de 200.000 euros por la compra o 1.000 euros al mes por un alquiler, lo que limita mucho las opciones para asentarse», señala el catedrático de Geografía Urbana.

«Estos asentamientos tienen comportamientos vecinales o barriales, casi de asociaciones de vecinos por su grado de cooperación u organización interna», señaló González, que advirtió que las causas de estos asentamientos está «en el precio de la vivienda. Tres de cada cuatro encuestados considera que el factor para vivir allí es la dificultad del acceso a la vivienda. De hecho, a la pregunta de si dejarían la caravana si mejora su situación económica o el acceso a la vivienda, el 73 por ciento ha reconocido que lo haría».

Además, muestra de las dificultades para acceder al mercado inmobiliario en Palma y en el resto de la Isla, «el 64 por ciento de los encuestados ha abandonado la búsqueda de un piso. Han desistido, saben que no van a poder alquilar ni comprar», señala González.

Por otro lado, si el decreto de habitabilidad establece que una vivienda debe tener un mínimo de 30 metros cuadrados, el tamaño de una autocaravana es muy inferior. De hecho, las investigadoras que han visitado los asentamientos aseguran que hay incluso furgonetas en las que solo se le ha metido un colchón para poder pernoctar en su interior. Asimismo, los encuestados han manifestado su preocupación por la nueva normativa cívica que está tramitando el Ajuntament de Palma, en la que se proponía una estancia máxima de 10 días en el mismo estacionamiento para no recibir una multa. La norma impide sacar al exterior mesas y sillas, lo que dificulta la habitabilidad en estos emplazamientos. Asimismo, las altas temperaturas que acumulan estos vehículos en verano obligan a tener las ventanas abiertas para hacer respirable el ambiente interior.

Por otro lado, este viernes por la tarde tiene lugar el seminario Nuevos retos urbanos. Justicia espacial y ciudades habitables, y que tiene lugar en Can Oleo. Los expertos que participan son Fernando Carrión Mena, profesor de Arquitectura y Urbanismo de FLACSO (Quito); Rubén C. Lois González, catedrático de Geografía de la Universidad de Santiago de Compostela; y José A. Rio Fernandes, catedrático de Geografía de la Universidad de Oporto.