La presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar,
reconoció ayer en el pleno de esta institución que ella también
pondría «goma"2» en muchos edificios de Calvià: «Porque el
municipio no me gusta y tampoco gusta a muchos mallorquines». Munar
realizó esta valoración durante el debate de una moción presentada
por el PP para que el pleno del Consell acordase la suspensión del
Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Calvià aprobado por la
Comisión Insular de Urbanismo. La moción fue rechazada por los
grupos del Pacte de Progrés, aunque todos, menos el PSOE,
criticaron el excesivo desarrollismo urbanístico del municipio que
preside Nájera.
María Salom (PP) pidió al Consell que diese marcha atrás al PGOU
de Calvià «porque hay dudas legales». «Este plan es una injusticia
y ahora tienen la oportunidad de evitar que entre en vigor»,
planteó Salom, quien recordó que el PSOE y UGT tenían intereses en
la Marina de Magaluf, que se podrá desarrollar con el nuevo
PGOU.
Munar replicó que UM apoyó el nuevo PGOU «porque el anterior era
mucho más desarrollista». «No aprobar el nuevo plan suponía la
entrada en vigor del anterior», precisó. Munar acusó al PP «de
hacer demagogia» y les invitó «a presentar un recurso en lugar de
hacer de ignorantes». Antoni Alorda (PSM) también criticó la
decisión de UM de apoyar el PGOU de Calvià. «Hay que ser valientes
en las votaciones», planteó. Francina Armengol (PSOE) criticó al PP
«por intentar hacer aquí la oposición al Ajuntament de Calvià».
«Tienen mucha caradura al plantear aquí esta moción», agregó.
Miquel Angel Llauger (Els Verds) opinó que el PGOU «se tendría que
haber aprobado con prescripciones».
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