Las actuaciones de esponjamiento iniciadas por el Ajuntament de
Calvià hace una década prosiguieron ayer con el derribo del hotel
Mimosa, en la zona costera de Peguera. Con ésta, son ya trece las
edificaciones demolidas en el término municipal para la creación de
zonas verdes y parques públicos. El hotel Mimosa data de mediados
de los años 50, tenía capacidad para 30 camas y en la actualidad
permanecía cerrado al público. El Consistorio de Calvià lo adquirió
el año pasado en subasta por 60 millones de pesetas.
Al mediodía de ayer, dos palas excavadoras comenzaron la
demolición de establecimiento hotelero en medio de una gran
expectación. Francesc Antich, presidente del Govern, fue encargado
de dirigir el primer movimiento de la pala para echar abajo el
edificio. Con más brío, la alcaldesa de Calvià, Margarita Nájera,
continuó los trabajos.
Antes, las autoridades autonómicas y locales explicaron el
objetivo de este derribo. Nájera hizo hincapié en que este proyecto
«es el camino para recuperar la calidad de vida de los ciudadanos
de Calvià y fortalecer el turismo de invierno». «Se ha hecho
realidad el sueño de recuperar un espacio verde para que todos los
ciudadanos lo disfruten», agregó la alcaldesa, quien mostró su
apoyo a la iniciativa del Consell de Mallorca de elaborar un
catálogo con los edificios de la Isla susceptibles de derribo:
«Este inventario permitirá que los esponjamientos se lleven a cabo
con garantías».
El presidente Antich ensalzó la actuación municipal, destacando
que «este ayuntamiento socialista ha sido puntero en trabajar por
el turismo y el que más se ha esforzado en mejorar el paisaje
urbano». En este sentido, Antich precisó después que la ecotasa ha
de contribuir a la recuperación del entorno. «Las armas
fundamentales para dinamizar la oferta turística han de ser la
calidad, el medioambiente y la identidad», dijo.
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