Momento de la rueda de prensa celebrada ayer en el hospital con todas las partes.

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CATERINA VENY/J.M.
El rechazo unánime, expresado públicamente en las manifestaciones de los días 13 y 20 protagonizadas por unos 200 profesionales de la salud, a la sanción impuesta por el hospital de Manacor a los tres traumatólogos expedientados ha tenido finalmente sus frutos.

En la mañana de ayer, después de una reunión del patronato de la fundación con los jefes de servicio y sección, en la que se tenía que estudiar la propuesta de los facultativos de dejar en suspenso la sanción a los tres médicos expedientados, el órgano gestor del centro finalmente aprobó que «la sanción quede en suspenso cautelar hasta que en el acto de conciliación se pueda conseguir un acuerdo entre las partes», argumentó Pablo Rivero, presidente del patronato de la fundación, que ayer compareció en rueda de prensa acompañado de Juli Fuster, gerente del Ib-Salut; Gabriel Payeras, secretario general técnico de la Conselleria de Salut; Caterina Ramon, directora gerente de la fundación, y Werner Brill, jefe de la sección de Traumatología.

El acuerdo de levantar cautelarmente la sanción de suspensión de sueldo y empleo a los especialistas Isidre Marimón, Miquel Rius y Guillermo Mateos, responde «a la petición de los facultativos de reincorporar los médicos al servicio de traumatología y, de esta manera, conseguir un servicio óptimo», explicó Juli Fuster. De todos modos, Fuster hizo hincapié en que «pese a todo, la atención urgente y preferente está del todo asegurada. En Manacor, siempre se ha atendido y siempre se seguirá atendiendo a todos los pacientes». El jefe de sección de Traumatología, Brill también aplaudíó la resolución porque «el objetivo último es ofrecer la máxima calidad del servicio a los pacientes».

La suspensión de la sanción supone un primer paso en la reconciliación entre las partes enfrentadas -fundación y facultativos- y lograr así la disminución de la tensión social que en los últimos meses ha ido 'in crescendo'. Además, según Fuster, los tres médicos podrán incorporarse a sus puestos de trabajo «en la mayor brevedad posible e inmediatamente después de que se les haya comunicado por escrito la suspensión de la sanción». No obstante, el patronato no tiene la facultad de quitar la sanción, «pero sí de suspenderla hasta alcanzar el posible acuerdo durante el acto de reconciliación, paso previo a llevar el tema ante los tribunales», argumentó Fuster.