El Ajuntament d'Alcúdia tiene previsto aprobar hoy en pleno una
suspensión cautelar de licencias de actividades para los bares,
restaurantes y recreativos que quieran instalarse en el recinto
amurallado de la ciudad. Se trata de una norma de acompañamiento
del Plan Especial de Protección del casco antiguo que se debate hoy
en pleno. Con la suspensión de licencias se quiere frenar la
instalación masiva de este tipo de establecimientos en el recinto
amurallado de la ciudad.
La suspensión cautelar durará un plazo máximo de un año o hasta
que se apruebe el plan de usos comerciales del casco antiguo, un
texto en el que se fijarán el número y tipo de comercios que pueden
ubicarse en cada barriada. El regidor de Urbanismo de Alcúdia,
Miquel Ferrer, dijo ayer: «El equipo redactor del Plan Especial de
Protección del casco antiguo propuso en un primer momento la
suspensión total de los usos de bar, restaurantes, cafeterías y
recreativos en el centro, pero una vez detectado el problema se
acordó aprobar una norma cautelar hasta que se realice un plan
específico que resuelva el problema».
Con la actual normativa, cualquier vivienda situada en el casco
antiguo era susceptible de ser transformada en comercio. Desde
1995, 18 bares, restaurantes, cafeterías y recreativos han abierto
sus puertas en la zona intramurallas, lo que ha supuesto
cuatriplicar este tipo de oferta complementaria. El arquitecto
municipal, Antoni Ramis, avanzó ayer que la redacción del nuevo
plan de usos comerciales será rápida, entre 3 y 6 meses.
La suspensión cautelar de licencias afecta únicamente a los
bares que quieran abrir en el casco antiguo, no en la periferia.
Por otra parte, la aprobación del Plan Especial de Protección del
casco antiguo, que se debate hoy en pleno, prohíbe instalar en el
recinto amurallado, industrias y talleres no artesanales.
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