A por todas. No hay cuenta atrás, un reclamo anuncia la suelta del pato y pocos esperan. Ver quién captura más ánades se ha convertido en una auténtica competición. Foto: E. BALLESTERO

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Miles de personas acudieron ayer a Can Picafort para participar en su tradicional e ilegal suelta de patos que cada año, con motivo de las fiestas de la Mare de Deu d'Agost, le cuesta a las arcas municipales 3.000 euros en concepto de multa. Esta popular tradición consiste en ser lo suficientemente hábil para atrapar a nado o al vuelo a uno de los 350 patos que para la ocasión compra el Ajuntament y que son liberados desde una barca, junto al conocido hotel Mar y Paz.

La suelta de patos de Can Picafort está expresamente prohibida por ley al tratarse de una fiesta popular en la que se utilizan animales pero que tiene una antiguedad inferior a un siglo (ronda los 75 años). Por ese motivo, año tras año, la Conselleria d'Agricultura i Pesca del Govern advierte al Ajuntament sobre la prohibición de celebrar esta fiesta y el Ajuntament, independientemente de quién lo gobierne, siempre ha optado por seguir adelante y pagar la multa.

Así, como ocurre cada año, ayer mientras miles de personas se lanzaban al agua, técnicos de la Conselleria levantaban acta del suceso para abrir un nuevo expediente de infracción; el último costó a las arcas municipales 3.000 euros.