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L. PLANAS
«De momento no llevamos paraguas», decía ayer el alcalde Pere Rotger mirando al cielo, mientras cortaba la cinta inaugural que abría oficialmente el Dijous Bo 2003. Y es que lo que más desean para hoy los «inquers» es que haga buen tiempo y poder celebrar como se merece su gran fiesta, después de que en los dos últimos años la lluvia y el mal tiempo hayan deslucido un poco la jornada.

Los inquers ya tenían ayer noche casi todo preparado para recibir a las 170.000 personas que pueden visitar la ciudad durante la jornada, según las previsiones de los responsables municipales.Esta madrugada, jóvenes y no tan jóvenes de toda la Isla ya han comenzado la fiesta con la gran «marcha» del Dimecres Bo, que comenzó con un espectacular correfoc por las principales calles del centro.

Este año, las peticiones de expositores y vendedores para ocupar un espacio en la zona ferial se han desbordado y el Ajuntament ha tenido que habilitar espacios que hasta ahora no se utilizaban como las calles del segundo polígono industrial o las que se encuentran junto al mercado cubierto. Según han explicado fuentes del Ajuntament, en las últimas semanas, se han llegado a presentar en el Ajuntament d'Inca más de 2.000 solicitudes para tener un espacio hoy en la feria del Dijous Bo.