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J. ROSSELLO / P. AGUILO MORA
Hace escasos días que Montserrat García González trabaja en la conserjería del polideportivo de Magaluf. Un hecho, el expuesto, que podría tildarse de intrascendente si la aludida no fuera quien es: la esposa de Máximo Labanda Caballero, el testigo aportado por el alcalde de Calvià, Carlos Delgado (PP) para reabrir ecaso chalet de Santa Ponça, causa judicial abierta contra Margarita Nájera (PSOE), a instancia del PP y Delgado, tras acusar a la ex alcaldesa de un presunto delito de cohecho.

Según ha podido saber este diario, Montserrat García, de 49 años de edad y residente en Son Ferrer desde hace aproximadamente tres décadas, ha sido contratada, a través de la empresa Oh!Limpia Sociedad Anónima Laboral (SAL) por el Ajuntament de Calvià para trabajar en la conserjería del polideportivo de Magaluf. Esta empresa se encarga de la limpieza y conserjería de distintos edificios municipales, como la propia casa consistorial.

García empieza a trabajar en el mencionado centro deportivo tres meses y 20 días después de que su marido, Máximo Labanda, declarase ante el titular de Instrucción número 2 de Palma que la oficina de recaudación del Ajuntament de Calvià le pagó los trabajos que realizó en el chalet de Santa Ponça propiedad de Antonio Baraja, el ex esposo de Margarita Nájera.

Máximo Labanda, el constructor condenado en 1992 por intentar secuestrar a Ramón Bauzá -apoderado de Trinidad Riera, viuda del multimillonario Andreu Oliver-, entregó al juez las facturas que supuestamente le dio Baraja, por los trabajos que efectuó en su chalet. El constructor declaró ante el juez que no aportó antes las facturas al juzgado ni a la policía porque «no se fiaba». En cambio, sí decidió ponerse en contacto con Carlos Delgado porque consideró que los ataques contra el alcalde eran «injustos»