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A.G.
Los guardas jurado que el pasado 13 de agosto vigilaban la casa de Pedro J. Ramírez en la Costa dels Pins señalaron ayer que nadie quiso penetrar en la vivienda del periodista, sino en la zona de la piscina.

Ayer presentaron declaración en calidad de imputados en el juzgado de instrucción número 4 de Manacor los guardas que se opusieron al paso por la costa de los representantes d'ERC, EU-EV, Gadma y Lobby. Los trabajadores señalaron que su empresa les había dicho que el uso público en aquella zona estaba suspendido, que no se podía entrar, y que en el caso de que se registraran incidentes llamaran a la Guardia Civil.

Los guardas explicaron a la jueza que varias personas exigieron acceder a la piscina y que, ante su oposición, se produjeron forcejeos y recibieron insultos, hasta que al final penetraron.

Ambos profesionales señalaron que ninguno de los participantes manifestó la intención de entrar en la vivienda del periodista, y que los agentes de la Guardia Civil les dijeron que mientras no violaran la propiedad privada ellos no iban a intervenir.

Pedro J. Ramírez, que por su cuenta ha instalado cámaras de vídeo que graban el dominio público, aportó una cinta con los incidentes. El abogado Josep de Lluís preguntó a uno de los guardas si lo que se veía en su mano era una porra. Éste reconoció que hizo un amago de sacarla, pero que finalmente cogió un cable que estaba en el suelo.