La rotonda elevada de Inca se abrirá al tráfico en breve para mejorar la circulación en la zona. Foto: C.MORENO
La autovía que unirá Inca con sa Pobla tendrá veinte kilómetros de vial de servicio, que discurrirá en su mayor parte por la antigua carretera de Inca a sa Pobla, que es la vía por donde ahora pasan los vehículos con motivo a las obras que lleva a cabo la Conselleria de Obras Públicas del Govern balear. Los viales de servicios son necesarios para garantizar el acceso de todo el tráfico local. Y es que se tiene que tener en cuenta que en esta zona hay muchas propiedades privadas. Precisamente, una de las prioridades de los ingenieros responsables del proyecto ha sido dar acceso a todos los vecinos de la zona para que no quedasen incomunicados. En este sentido, el ingeniero y director de las obras, Juan Manuel Pérez Ribas, explicó ayer a Ultima Horaque «a la hora de diseñar el proyecto no hemos tenido mucho juego ya que nos hemos encontrado con una zona de encinar protegida como ANEI, muchas edificaciones y además teníamos que cumplir la normativa en referencia a los radios y alturas que tiene que tener toda autovía». «Teníamos que cumplir con las normas de seguridad y dar visibilidad, además de dar salida a todos los vecinos. En la fase de redacción del proyecto se tenía que conjugar la realidad y definir el trazado actual y todo ello fue complicado», añadió.
Las previsiones que manejan los responsables de este macroproyecto -donde hay destinados unos 300 trabajadores - es que la autovía pueda entrar en funcionamiento entre los meses de abril y mayo. Esta fecha varia de la anunciada hace un mes por la consellera de Obras Públicas, Mabel Cabrer, que dijo que la autovía estaría en funcionamiento el mes de marzo. Y es que ahora es una mala época ya que se acercan las lluvias, que ayer ya afectaron al rendimiento de la maquinaria y el ritmo de los trabajadores.
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