Al igual que en el resto de carreteras en obras de ampliación,
hay tramos muy conflictivos que obligan al conductor a circular en
constante estado de alerta ante la posibilidad de tener un
accidente. En esta carretera, los tramos más dificultosos se
localizan entre Santa Ponça y el final de la autopista de
Ponent.
Por la noche, la conducción es más arriesgada ya que ni la
señalización ni la iluminación es suficiente. Hay tramos en que el
carril discurre entre pivotes y si durante el día la circulación es
complicada, a partir de las siete de la tarde, cuando oscurece,
ésta es más difícil sobre todo para los conductores que no
frecuentan esta carretera.
Asimismo los desvíos que se han realizado, en principio, para
facilitar la obra resultan enredosos para el conductor que no sabe
muy bien por dónde circula. La iluminación y señalización, según
han denunciado a este diario usuarios de la carretera, son
insuficientes y no hacen que la conducción sea segura.
Las obras de esta futura autovía se ejecutan a buen ritmo y
dentro de los plazos de construcción.
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