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EMILIO LÓPEZ VERDÚ El Juzgado de lo Penal número 5 de Palma ha impuesto una pena de seis meses de cárcel a un vecino de Andratx que construyó un gallinero de 18 metros cuadrados en una Àrea Natural de Especial Interés (ANEI).

La juez consideró probado que el acusado, José M.B., construyó a mediados de 2005 una caseta de aperos de 5'3 por 3'3 metros en una parcela de suelo rústico propiedad de su esposa, y que lo hizo sin permiso alguno.

El acusado alegó que solicitó la licencia al Ajuntament, y que allí le dieron «autorización verbal para construir», en una zona en la que existían «muchas más edificaciones de mayor envergadura».

La sentencia llega aquí a una de sus conclusiones más interesantes, al recalcar que «es notorio que existen en la actualidad actuaciones penales dirigidas a depurar posibles responsabilidades, incluso de altos cargos del ayuntamiento de Andratx, por delitos ligados a Urbanismo. Sin embargo, no se ha practicado en juicio ni una sola prueba en la causa acerca de la legalidad, o no, de las construcciones próximas a las del acusado».

La juez recordó que no existe ni una sola prueba de la autorización verbal que dé cuenta de esta construcción, y que «tampoco se ha probado en juicio que esa fuese la respuesta habitual dada por los empleados municipales». «Que el acusado confiase en que el ayuntamiento le hiciese la vista gorda es distinto de que confiase en la legalidad de la obra, porque una cosa es confiar en que el Ajuntament no adoptará de oficio medidas coercitivas frente a la ilegalidad y otra confiar en la legalidad».