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Los portavoces de los diferentes grupos políticos con representación municipal (UM-UNPI, PP-UMP, PSOE, PSM y Alernativa Esquerra Unida-Els Verds) comienzan a tomar posiciones frente al anteproyecto de ampliación y reforma del hotel Formentor impulsado por el accionista mayoritario del complejo, el grupo Barceló.

A excepción de la coalición PP-UMP (en la oposición), cuyo portavoz Bartomeu Cifre se muestra totalmente a favor de un proyecto que califica como «ambicioso, muy bonito y correcto» y que espera «que se materialice cuanto antes», el resto de formaciones políticas muestran sus reticencias al anteproyecto presentado por Barceló. Critican el impacto que pueden tener determinados elementos como la piscina tipo lago con playa artificial y, sobre todo, el centro de congresos y SPA, una construcción completamente nueva que se conecta con el edificio principal del hotel a través de una pérgola.

El equipo redactor del anteproyecto desmintió ayer que el proyecto prevea el derribo del edificio principal del hotel. «Lo que se derriban son añadidos que se han hecho sin ningún tipo de control sobre el edificio original durante los últimos cuarenta años», asegura. Precisamente hoy, los autores del anteproyecto de reforma tienen previsto visar en el colegio de arquitectos el proyecto básico de la obra que lleva por nombre «Una línea blanca en el paisaje» y que presentarán en el Ajuntament de Pollença el próximo miércoles.

A falta de conocer los detalles del nuevo proyecto básico el alcalde Joan Cerdà (UM) y la teniente de alcalde, Francisca Ramon (PSOE), muestran cautela a la vez que aseguran que deberá cumplir estrictamente con la normativa urbanística para recibir la autorización. Gabriel Cerdá (PSM) y Pepe García (EU) critican el incremento de volumen previsto en la reforma, desconfían del impacto del centro de convenciones de nueva construcción, del que no consta fotomontaje, y anuncian que si la explicación de los técnicos no les convence pedirán al Ajuntament que se oponga.