La comisión de Urbanismo del Consell de Mallorca aprobó ayer tras trece años de tramitación la nueva normativa urbanística de Pollença. El texto de adaptación del Plan General de Ordenación Urbana al Plan de Ordenación de la Oferta Turística se aprobó por unanimidad de todos los grupos (UM, PSOE, Bloc y PP) con prescripciones que garantizan la conservación de la actual tipología en la parcela de Formentor donde se proyecta la reforma y ampliación del hotel.
Las prescripciones obligan a mantener la tipología actual del hotel y a que el proyecto de reforma incluya un informe de impacto ambiental, dos cuestiones que ya había previsto el Grupo Barceló a la hora de presentar el proyecto.
El proyecto de ampliación y reforma del hotel presentado por el Grupo Barceló cumple así aparentemente con ambas prescripciones por lo que en principio la entrada en vigor de la nueva normativa no será un impedimento para las obras. No obstante la aprobación de la adaptación del PGOU al POOT da un mayor margen de maniobra al Ajuntament en el caso de que se detectaran problemas de impacto porque ahora sí puede exigir con la ley en la mano que el proyecto no devalúe el valor visual y paisajístico de la península de Formentor.
Con la entrada en vigor de la nueva normativa el Grupo Barceló tendrá además la obligación de ceder al Ajuntament el aparcamiento situado junto a la playa y que hasta ahora era de pago. El alcalde confirmó ayer que el aparcamiento pasará a manos municipales si bien el Ajuntament aún no ha decidido si la Empresa Municipal de Servicios (Emser) se hará cargo de gestionarlo o si se optará por darlo en concesión a una empresa privada.
La nueva normativa solventa además otros problemas pendientes en el municipio como la cesión de la plaza y el aparcamiento de Cala Molins que ahora serán públicos.
La tramitación de la normativa urbanística de Pollença ha sido larga. El Ajuntament inició la adaptación del PGOU de Pollença al POOT en el año 1995 y tres años después la comisión insular de urbanismo suspendía su tramitación tras detectar un buen número de deficiencias graves.
En 2001, al asumir el actual alcalde Joan Cerdà (UM-UNPI) el área municipal de Urbanismo, el Ajuntament de Pollença comenzó a rehacer el texto de la nueva normativa urbanística que se aprobó provisionalmente en 2003. Un error de tramitación obligó a hacer una nueva aprobación provisional en 2004 pero no ha sido hasta ahora cuando el texto ha obtenido el visto bueno definitivo del Consell. La tardanza en la tramitación ha permitido, entre otras cuestiones, que prosperara la construcción de pisos en la urbanización situada en la falta de Can Botana, en Cala Molins.
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