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G.M. Un vecino de Porto Cristo ha colocado dos carteles que prohiben el paso de personas, de perros y el aparcamiento en una de los márgenes del riuet al considerar que es de su propiedad. Sorpresa y estupefacción es lo que genera la vista de estos letreros ubicados bajo la zona de restaurantes que se ubican en la emblemática orilla.

Ésta es la segunda ocasión en que el vecino en cuestión coloca dichos carteles ya que los anteriores fueron retirados por agentes de la Policía Local por orden de la delegación municipal de Porto Cristo.

Lo que puede parecer a simple vista una broma, el vecino está aportando documentación ante el Ajuntament de Manacor mediante escrituras aunque según el delegado de Urbanismo, Bernat Amer, «todavía no ha acreditado que sea de su propiedad».

Con todo, Amer considera que «no se cómo va a poder demostrar que es de su propiedad cuando los márgenes del riuet son competencia de Costas o en su defecto de la Conselleria de Medi Ambient».

Por el momento desde el Consistorio se procederá a arrancar dichos carteles tantas veces como sea necesario para restablecer la legalidad de la zona, mientras la propiedad pueda probar su privacidad, algo poco probable dado que los terrenos pertenecen a Costas.

Los vecinos que transitan por la zona no dan crédito a la instalación de los carteles en una zona que tradicionalmente siempre ha sido utilizada como aparcamiento de clientes de los restaurantes o de usuarios de la marcha nocturna veraniega.

Otros sin embargo no dudan en aparcar su vehículo como antaño. Y es que la Policía Local no actúa al considerar que la zona es pública y se hace caso omiso a las advertencias de el vecino.

Lo curioso del asunto es que en ningún momento, el polémico vecino ha obligado a retirar o ha retirado por su propia cuenta los contenedores de basura y de envases y papel del mismo tramo que defiende como privado.

Ante esta situación, el Ajuntament de Manacor está pacientemente esperando que el vecino pueda demostrar que el tramo es de su propiedad, ya que sino se tendrán que tomar acciones contra la persona por su insistencia en colocar letreros prohibitivos.

Por el momento, los letreros son una pura anécdota que nadie, ni los turistas, respetan.