La decisión de Ports de Balears, empresa pública dependiente de la Conselleria de Medi Ambient del Govern, de ejecutar un proyecto de mejora en el pequeño puerto de es Barcarets, en Alcúdia, ha despertado las críticas algunos vecinos de la zona, que temen un proyecto demasiado invasivo y no ajustado a la realidad.
Las obras prevén la construcción de una rampa para facilitar el acceso de las barcas al mar en sustitución de la actual, lo que, en opinión de los vecinos, significará «una afluencia de gente de más de 70 coches con remolques cada fin de semana, quedando colapsadas la pequeña plaza y las calles de alrededor». «La construcción de una nueva rampa significaría triplicar las visitas al puerto y es Barcarets no tiene infraestructura para asumir todo eso», advierte la portavoz del PP de Alcúdia, Coloma Terrassa, que se hace eco de las quejas vecinales. Desde el Ajuntament, el alcalde Miquel Ferrer se mostró ayer satisfecho por el hecho de que se proyecte una mejora, si bien aseguró que antes de informar favorablemente el proyecto, se comprobará el impacto de la nueva rampa. «Estamos de acuerdo con una mejora, no con una ampliación», dijo.
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