Más protestas contra Bauzá en Artà y Capdepera. | G.Mas/A.Bassa

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Pacíficamente y con mucho seny. Unos 400 vecinos de Artà recibieron al presidente del Govern y del PP, José Ramón Bauzá, entre una gran cacerolada, abucheos y gritos en defensa de la lengua catalana y contra los recortes educativos y sanitarios que se aplican desde el Ejecutivo.

Con pancartas que portaban lemas como A Artà, en català!, Quan les lleis són injustes el correcte és desobeïr, Volem tren de Llevant i no un macrohotel en es Trenc, Això no són retallades són punyalades! o Privatitza't els collons, moneato! y gritos como Cabeza de haba entre otros, los congregados de todas las edades hicieron notar su disconformidad con total respeto.

De hecho, el amplio despliegue policial de unos 50 agentes de la Guardia Civil, entre los que había agentes de la UCSIC que portaban por primera vez en este tipo de concentraciones casco y escudo, fue criticado por los manifestantes que gritaban Som mallorquins i no terroristes!.

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Con todo, Bauzá llegó ante el Restaurant Na Creu, punto de encuentro con los afiliados populares de Artà, sin dificultad alguna ya que unas barreras a 50 metros del local separaban a los manifestantes de los dirigentes del PP. El buen clima permitió que hasta el diputado Miquel Ramis tuviera una conversación con un vecino que le increpó desde su balcón con un Miquel no venguis Mallorca!.

Capdepera

Tras abandonar Artà, acompañado de dirigentes como el propio Ramis, Martí Juaneda o Biel Matas, Bauzá se desplazó hasta el centro cultural Cap Vermell de Cala Rajada donde estaba prevista una nueva reunión con militantes gabellins. Un centenar largo de personas también esperó al presidente entre notables medidas de seguridad. Cacerolas en mano, los presentes hicieron llegar su malestar por la política del PP también desde el máximo respeto.

Como anécdota, vecinos de Llubí esperaban la llegada de Bauzá por una convocatoria errónea.