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La amenaza de cerrar la fábrica de cemento de Lloseta si los empleados no aceptaban rebajarse el sueldo ha surgido efecto. La mayoría de trabajadores de la planta de CEMEX en Lloseta votaron ayer a favor de aceptar el preacuerdo alcanzado el miércoles entre las partes y que supone una reducción de salarios del 25 por ciento.

63 de los 89 trabajadores con derecho a voto lo ejercieron. De ellos, 37 se mostraron partidarios de aceptar las nuevas condiciones laborales y 26 votaron en contra. No se registró ningún voto nulo. Cabe matizar que la votación fue secreta, mediante urnas.

Roberto Serrano, el presidente del comité de empresa, manifestó que «por supuesto que aceptamos el resultado, pero queremos dejar claro que se ha producido sobre la amenaza y la coacción. [...] La empresa nos ha puesto entre la espada y la pared, nos ha dicho que 'o menos sueldo o cerramos'».

Sin garantías

Serrano indicó también que la empresa únicamente se ha comprometido verbalmente a no cerrar los hornos, pero que en ningún caso lo ha garantizado por escrito. «Y tampoco se han comprometido a no iniciar un ERE, o a limitar la actividad de la planta y, por ejemplo, permitir que en Lloseta solo se haga la molienda [pero no el proceso completo de fabricación del cemento, como se hace ahora]», añadió Serrano.

«Los que han votado 'no' al acuerdo lo han hecho porque no se creían las amenazas de la empresa o porqué no aceptaban los recortes; y los que han votado 'sí' lo han hecho por miedo a perder su puesto de trabajo. Así lo interpreto yo», explicó el presidente del comité de empresa. «Hemos perdido buena parte de los derechos laborales conseguidos a lo largo de los años», añadió Serrano.

Por su parte, la compañía CEMEX declinó valorar el acuerdo alcanzado.