Los restos del pollencí Joan Losa viajarán a Catalunya, donde reside la familia. | Redacción

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Han sido los familiares, esposas, hijos, nietos, los que han padecido, sufrido, la ausencia de sus seres queridos. Un día desaparecieron y nadie les permitió ni siquiera preguntar por ellos.

Este era el ambiente que se repiraba en el cementerio de Porreres. El de un pasado, largo, más de 80 años, que ayer vio el final. Como si de un suspiro se tratar, 14 familias de Mallorca respiraron con la seguridad de que la injusticia que han padecido es reconocida y valorada, al menos por la sociedad actual y su máxima institución, el Govern balear.

A las 10 de la mañana las 14 familias acudieron al cementerio de Porreres. Allí se les entregaron objetos personales hallados junto a los esqueletos, y se les certificó la identidad de sus familiares. Estaba presente el antropólogo y director de las excavaciones Francisco Etxeberria, que junto a otros miembros del equipo de Aranzadi volvió a dar las explicaciones necesarias a los familiares. Estos, además, pudieron estar unos momentos a solas con los restos de sus familiares asesinados. Más tarde, a las 11.30 horas, y con la entrada del cementerio muy concurrida, se dio inició a un acto que resultaría tan sencillo como emotivo.

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El homenaje del domingo fue de justicia, como ya lo fue el que se celebró en Maria de la Salut tras la exhumación de la fosa del cementerio de Sant Joan. Allí estaban, además de la presidenta Armengol, Baltasar Picornell, Bel Busquets, Fanny Tur, rancesc Antich, Alberto Jarabo, Celestí Alomar o Maria Antònia Oliver, junto una notable representación de alcaldes de la comarca.

Tras los parlamentos de las autoridades, las familias recogieron los restos de unas personas que, ahora ya con certificado, se puede decir que fueron asesinadas. Los 200 metros que recorrieron los familiares con las cajas de madera en las manos fueron muy emotivos. El público les aplaudió a su paso, y las lágrimas y la emoción se veía en sus rostros.

Llorenç Capellà y su Diccionari Vermell; su hermana Margalida Capellà; la Associació Memòria de Mallorca; el Ajuntament de Porreres; el Govern y el Parlament con la ley de fosas, o el historiador local Bartomeu Garí, son algunos de los responsables de que 14 familias, de las centenares que existen en Balears, puedan dormir hoy con la tranquilidad de haber devuelto la dignidad a sus familiares.

Ahora quedan 35 esqueletos por identificar, y proceder a la segunda fase de excavación. Ello ha de servir para destapar la gran fosa porrerenca al completo.