El sector recuerda que la situación de la flota pesquera de Baleares no es comparable con el resto de la Península u otros puntos del Mediterráneo, ya que es mucho menor. En la actualidad, en las Islas, hay 35 embarcaciones de arrastre distribuidas en doce puertos pesqueros. | Jaume Morey

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Los pescadores van a la huelga. La junta general extraordinaria de la Federació Balear de Confraries de Pescadors aprobó ayer con un 96 % de apoyos secundar los paros que han convocado las diferentes cofradías del Mediterráneo para mostrar su rechazo a las nuevas restricciones pesqueras impuestas por Europa. Así, casi la totalidad de la flota pesquera de Balears no saldrá a faenar el próximo viernes, 4 de junio, por lo que en las lonjas no habrá producto fresco al día siguiente.

La decisión se toma después que las diferentes administraciones hayan hecho oídos sordos a las demandas del sector. Los pescadores aseguran que la ampliación del nuevo reglamento de la Comisión Europea va a suponer «la quiebra absoluta» del sector en las islas ya que prevé una reducción de hasta el 40 % de los días de pesca para las embarcaciones de arrastre, además de la creación de nuevas zonas de veda y la aplicación de nuevas mallas a los artes de pesca. «Con estas condiciones salir a faenar equivaldría a salir a ‘pescar’ pérdidas económicas», apunta el gerente de la Federación de Pescadores de Balears, Antoni Garau.

Los pescadores del Archipiélago reclaman también un trato diferenciado para las Balears, ya que la flota pesquera de las islas no es comparable con las que hay en la Pensínsula. La comunidad cuenta en la actualidad con 35 embarcaciones de arrastre distribuidas en 12 puertos pesqueros, una cifra que ha ido menguando año tras año y que no es comparable con las más de 300 barcas que hay en Catalunya y el País Valencià. El paro previsto para el próximo viernes coincidirá con la intervención de algunos representantes del sector pesquero de España en la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo, donde mostrarán su rechazo al reglamento aprobado en junio de 2019.

No es la primera vez que el sector pesquero se planta y deja la flota amarrada en tierra. Hace 14 años ya protagonizaron una protesta por la subida de los carburantes. En esta ocasión, además de dejar de salir a faenar, también tienen previsto hacer alguna acción reivindicativa aún por determinar.

Por su parte, el presidente de la Federació de Confraries, Domingo Bonnín, intervendrá un día antes en la comisión de economía del Parlament, donde tiene previsto exponer a los respresentantes políticos la grave situación que vive el sector pesquero insular. Los pescadores recuerdan que no son ajenos a la necesaria mejora de los recursos pesqueros, pero reclaman que las medidas restrictivas se tomen de forma gradual y que vayan acompañadas de estudios científicos concretos.