En la imagen se puede contemplar el olivo colocado tras la retirada de la cruz. Sin embargo, a las pocas semanas empezó a secarse y posteriormente se certificó su muerte. Desde el Ayuntamiento se sospecha que fue víctima de una agresión. En breve se plantará una nueva. | Redacción Part Forana

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El pueblo de Bunyola ha hablado y los vecinos participantes en la consulta popular convocada por el Ayuntamiento de la localidad para decidir qué colocar en el espacio público que ocupaba la Cruz de los Caídos, han optado por mantener en el lugar el olivo que se colocó tras la retirada del símbolo cristiano. Un total de 110 residentes en Bunyola han ejercido su derecho a voto para elegir entre mantener el árbol que simboliza la paz, una escultura, o dejar vacío el espacio que ocupaba la cruz. Por la primera opción, y ganadora, votaron 42 vecinos; por la segunda, la de la escultura, 40; mientras que 21 se inclinaron por la de dejar el lugar libre de materia. También se registraron dos votos en blanco y cinco nulos.

Los vecinos de Bunyola tenían hasta el pasado domingo, día de la Fira de Muntanya, para decidir qué colocar en el lugar que ocupaba la Cruz de los Caídos, retirada de las escalinatas de la calle Pare Cerdà el pasado 8 de septiembre en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática. El Ayuntamiento dio a elegir entre tres opciones: mantener el espacio vacío sin ninguna alternativa a la cruz; instalar una escultura de un artista local; o mantener la jardinera y olivo que se colocaron en el lugar tras la retirada de la cruz. Los vecinos tenían de plazo hasta el próximo 25 de noviembre para rellenar un formulario colgado en la web oficial del Ajuntament de Bunyola para decidir qué ubicar el nuevo espacio. Durante el día de la Fira de Muntanya, el formulario también estuvo a disposición de los vecinos para que, quienes lo desearan, pudieran rellenarlo a mano. El formulario requería únicamente el número del DNI del votante y la elección de una de las tres opciones.

El Ajuntament de Bunyola retiró el pasado 8 de septiembre la Cruz de los Caídos, erigida en septiembre de 1939 sobre las escalinatas que conectan las calles Pare Cerdà y Santa Catalina. Con el desmantelamiento, el Consistorio presidido por el alcalde Andreu Bujosa (EOB) se limitaba a cumplir con la Ley de Memoria Histórica, pese a que, desde hacía 30 años, el monumento permanecía libre de cualquier referencia franquista. En el año 1991, el pleno del Ayuntamiento aprobó calificar sa Creu (que es como popularmente se conocía en la localidad) de «símbolo de democracia y convivencia del pueblo de Bunyola», al haber sido previamente descontextualizada de cualquier signo que recordara a la Guerra Civil o a la posterior dictadura militar. De su base fueron eliminados entonces los nombres de los vecinos que perdieron la vida con el bando ‘nacional' en los años que duró la contienda.