La alegría por la espectacular recuperación de la población de ‘voltor negre’ en Mallorca era palpable ayer en Mortitx, donde el conseller de Medi Ambient, Miquel Mir, citó a representantes de todas las entidades que participan en su seguimiento y conservación. | Lola Olmo

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La población de voltor negre en Mallorca ha registrado un crecimiento espectacular, con 332 ejemplares, cuando en 1982 apenas quedaban 20, dejando a la especie al borde de la extinción a causa, principalmente, de los envenenamientos y disparos. Con las cifras actuales, el voltor negre ya no se considera en peligro crítico de extinción, aunque sigue siendo una especie catalogada como vulnerable por el Govern. Este recuento ha sido fruto del primer censo fotográfico del voltor negre, realizado con la participación de 68 voluntarios que han seguido su pista desde las grandes fincas de la Serra de Tramuntana donde habitan, y también en el otro extremo de la Isla, en el Parc Natural de Llevant. No se había realizado ningún censo desde 2008, cuando el Fons per a la Conservació del Voltor Negre contabilizó 123 ejemplares.

En este primer censo fotográfico se han tomado 1.021 fotografías. Con ellas se ha calculado una población de 332 ejemplares, entre los cuales hay 45 parejas reproductoras, y el resto conforman una «población flotante» abundante que garantiza una rápida reposición si uno de los dos miembros de la pareja muere. La recuperación de la población de voltor negre ha tenido dos puntos de inflexión. El primero fue en los años ‘90, gracias a la repoblación realizada entre 1984 y 1992 con aves procedentes de zoos de Europa y Extremadura. El segundo fue a partir de 2010, fruto de la lucha emprendida desde Medi Ambient y la Fundació Voltor Negre contra los envenenamientos, logrando sentencias ejemplarizantes contra sus autores.

El ‘voltor negre' supera el peligro de extinción con 332 ejemplares en Mallorca

Los observadores han identificado 45 parejas reproductas y abundante población flotante.

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La coordinadora de este censo, Carlota Viada, explica que pese a esta espectacular recuperación sigue siendo una especie vulnerable. «El voltor depende de la ganadería extensiva y ésta no tiene relevo generacional». Otras amenazas son el exceso de gente practicando actividades de ocio en las zonas de cría. «Por ello hacen sus nidos en acantilados de difícil acceso y corren el riesgo de que los pollos se caigan al mar».

El grupo de observadores mostró su esperanza de que el siguiente avance de la especie sea reconquistar territorios más interiores de la Tramuntana y que llegue a criar en la península de Llevant. En el censo han participado distintas ONG como Seo Birdlife, Seo Virot, GOB y Fundació Vida Silvestre    Mediterrània, Fotògrafs de Natura de Balears, Agents de Medi Ambient e Ibanat, entre otras entidades.