Oliver contestó así a la pregunta del regidor del PI Jaume Mut, que se interesó en el pleno del lunes sobre el futuro de esta instalación, que cerró sus puertas a finales del mes de marzo del año pasado después de que la concesionaria Esquitxos entrara en concurso de acreedores. Actualmente, el proceso está judicializado y la semana pasada el Ajuntament de Manacor obtuvo el permiso del juez para poder acceder al recinto «para llevar a cabo tareas de vigilancia y mantenimiento y evitar que la instalación se degrade», según palabras de Oliver.
Plazos
Estas acciones se realizarán mientras no haya una resolución judicial, que no será pronto porque «los técnicos municipales no están de acuerdo con los temas económicos», según Oliver. Así, el Ajuntament de Manacor no tomará una decisión en firme sobre el uso de la piscina cubierta hasta que termine el asunto judicial. El alcalde informó que «si se opta por alquilar el recinto, el servicio dejará de ser municipal». Por lo que se refiere a darle otros usos, Miquel Oliver dijo que se renunciaría al servicio de piscina municipal y se adecuaría el espacio para convertirlo en una sala polivalente o un salón de actos. Oliver no concretó ninguna opción.
La piscina municipal cerró, por sorpresa, a finales del mes de marzo del año 2021 después de que la empresa concesionaria Esquitxos explotara la instalación durante 23 años. De hecho, esta empresa fue la encargada de ejecutar las obras de construcción del equipamiento y pagó el 90 por ciento de su coste, mientras que el Consistorio abonó el 10 restante. Ante el cierre de la piscina, la antigua concesionaria explicó que durante los últimos años se habían generado pérdidas inasumibles que ascendían a unos 700.000 euros y, aunque se solicitó ayuda al Ajuntament de Manacor, las soluciones aportadas no fueron suficientes. Estas pérdidas acabaron con la piscina cerrada.
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