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El albaricoque es el producto más representativo de Porreres. Tanto es así que año tras año son miles las personas que se desplazan al municipio del Pla para comprar este fruto. Los primeros albaricoques, los primerencs y rojo palabra, empezaron a llegar a la Cooperativa Agrícola de Porreres el pasado 13 de mayo, día en que empezó oficialmente la temporada. La previsión de los productores es este año es ligeramente mejor a la del año pasado y se prevé recoger hasta 11 toneladas, unos 1.000 kilos más de albaricoque que en el 2022.

Pese a ello, esta cantidad sigue siendo muy inferior que la de hace a penas diez años, cuando se podían llegar a recoger hasta 70 toneladas. La causa de este drástica bajada la encontramos en el cambio climático que «lleva consigo un mutación de la producción y no nos permite hacer previsiones. Eso, conlleva una inestabilidad que a la vez provoca falta de relevo generacional», cuenta Esperança Mora, gerente de la Cooperativa Agraria de Porreres.

El fruto de este año será de un tamaño estándar y de buena calidad, un poco más dulce que el año anterior. «El albaricoquero necesita unas 400 horas de frío. Este año, hemos tenido días fríos, pero no los suficiente», señala Mora. Además, «necesitamos que llueva antes de empezar la temporada y este año ha sido al revés. Llueve con la temporada empezada», cuenta la gerente. Este hecho, unido a dos episodios de granizo y, la falta de sol, marcan la temporada. «Durante dos días no tuvimos albaricoques en la tienda a causa de las lluvias de la semana pasada».

Las variedades primerenca y rojo palabra, las que se pueden encontrar ya en las tiendas, son de pulpa blanca y aguadas, lo que no permite que se desequen. Son especialmente buenas para comer en fresco y para mermelada. Mientras, se espera que a final de esta semana ya lleguen los albaricoques rojo carlet y el canino, variedades más versátiles que permiten múltiples usos y las que suponen el grueso de la recogida, ya que son las más numerosas.

Poca variedad autóctona

Otra de las características a destacar de la temporada 2023 es la escasez de la variedad de galta vermella, la autóctona. De hecho, según explica Esperança Mora, «ya tenemos lista de gente que ha hecho el pedido porque la cantidad que esperamos es solo simbólica». Esta variedad es de las más tardías y suele llegar por Sant Joan. Se caracterizan por su hueso dulce y su marcada acidez. Porreres, tiene una topografía y hidrografía muy buena para este fruto gracias a su altitud y condiciones físicas. En total hay unas 25 familias porrenques que llevan su fruto a la Cooperativa, aunque, son muchas más las que cultivan albaricoque en el municipio.