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Santa Margalida se suma a la moda de los hoteles de interior. El auge de este tipo de hospedajes ha sucumbido en este municipio y de cara a la próxima primavera se espera inaugurar S’arracer del dimoni, un pequeño hotel de interior que contará con 18 habitaciones, una piscina y una zona de bar para que sus clientes puedan refrescarse en la calurosas tardes mallorquinas.

Este proyecto encabezado por Juan Bauzà, ‘dimoni gros’ de Santa Margalida, Jaume Riera, Guillem Ramon y Rafel Gelabert, que se inició hace tres y años y que poco a poco han visto como se están cumpliendo los plazos para que sean los pioneros en Santa Margalida. A pesar de que ahora todo rueda a la perfección, los plazos burocráticos han sido dificultosos y costosos, elevando la cifra presupuestaria hasta los más de 1,3 millones de euros. A su vez, para conseguir las licencias de obras y las plazas turísticas, que tanto escasean en estos momentos, tardaron dos años y diez meses para conseguir todos los papeles necesarios para iniciar las obras.

Ahora, con el proyecto ya comenzado, se estima que en primavera de 2024 pueda abrirse al público. El hotel mantendrá la zona antigua de la construcción y tendrá una decoración en homenaje a la cultura mallorquina dels dimonis. Gran parte del edificio será nuevo y estará adaptado a las necesidades de un hotel moderno. Todo, combinando las características arquitectónicas mallorquinas y la sobriedad moderna.

Una de las 18 habitaciones que tendrá el hotel.

Por su parte, Bauzà aseguró que durante estos años han sufrido mucho para poner en marcha este proyecto que tienen entre mano. «Entre todo el papeleo, hemos estado casi tres años parados. Nos pilló la compra del solar con la normativa anterior y hasta ahora no nos han dado luz verde para obtener las licencias necesarias», comentó.

Además, el hotel, está diseñado para que sea sostenible. Incluirán placas solares que podrán dar electricidad a gran parte de la edificación, sobre todo, durante los meses de verano.
Este nuevo reclamo turístico contrasta totalmente con lo que es el pueblo. El enclave, en una de las arterias principales del pueblo, el Carrer Joan Monjo March, es propicio para que los clientes tengan la plaza cerca. «No tendremos restaurante porque queremos que los que vengan gasten en los establecimientos del pueblo», insistió Bauzà, que considera que es un paso al frente para el pueblo ya que es una manera de activar la economía local.

Por último, se espera que pueda estar abierto durante todo el año ya que al situarse en el interior del municipio, ofrece actividades diferentes a las del turismo de playa y sol. Así pues, Santa Margalida se abre al mundo hostelero con la mirada fijada en la cultura mallorquina y con un pequeño homenaje a los dimonis.