Un año más la Vila se ha llenado de gente, de olor a murta y del repique de los cascabeles de los dimonis, que horas antes, ya corrían de aquí a allá preparándose para robar cuantas más gerres mejor. Un sonido que, junto a los cánticos de Sor Tomasseta ponen la música del día más esperado del año para Santa Margalida.
Después de que el año pasado el alcalde de la localidad, Joan Monjo hiciera un llamamiento para que las autoridades que participaran del gran día fueran ataviados con las vestimentas típicas de payés y payesa para «mantener el espíritu de la processó», este año, el palco ha vuelto a ser objeto de miradas para comprobar que, pese a que sin petición, muchos de ellos habían querido satisfacer el deseo del alcalde y su pueblo y se habían vestido para la ocasión. Como el año anterior, el PP respondió a la llamada y tanto a la presidenta del Govern, Marga Prohens como el president del Consell, Llorenç Galmés han vivido la procesión vestidos de tradición mallorquina, por su parte, los representantes políticos del PSOE en el acto han optado por vestir de calle. Más allá de las primeras miradas, este año, las autoridades se han mantenido en un segundo plano y se han convertido en meros espectadores de la fiesta.
Mientras se sucedían los recibimientos, el pueblo se iba llenando de asistentes expectantes para el inicio del desfile que empezó poco después de las 21 horas.
Preparación
Antes de esta salida hubo horas y horas de trabajo y mucha preparación y organización para que el momento más esperado haya sido todo un éxito.
Más de 800 payeses, organizados en grupos de dos o tres personas y formando las tradicionales colles habían recogido los 2.000 jarrones que había preparado el Ajuntament. Las doce carrozas (que representan diferentes momentos de la vida de la Santa Catalina Tomás), estaban a punto tras días de nervios y trabajo duro. Los más de 150 dimonis mayores y los ochenta dimonis menores de 16 años inscritos en la processó de este año empezaban a estar al acecho para, al empezar el recorrido, robar cuantas más gerres mejor. Y la protagonista de la noche, la Beata, en esta ocasión encarnada por Bàrbara Quetglas, con la emoción a flor de piel, pues sabía que era un día inolvidable e irrepetible. Este año, fue elegida entre un total de 32 vileras que se presentaron al sorteo.
El baile de los cuatro gegants de Santa Magalida fue la antesala de que el momento estaba a punto de llegar. Una vez colocados al lado del palco para presidir el desfile, los fuegos artificiales han confirmado que la fiesta llegaba. Los dimonis han empezado a invadir y a animar la plaza de la Vila.
La Beata de este año ha vuelto a reunir a miles de personas demostrando una vez más que la tradición y la solemnidad siguen enganchando y que esta fiesta tiene mucho camino por delante.
Con el ‘sus' de la música de la Banda de Música de Tàrbena ha empezado el recorrido. Durante la vuelta, les han acompañado las bandas de muchos otros municipios de Mallorca. Los más pequeños en su carretons han sido los primeros de la fila. Los dimonis han vuelto a marcar el punto divertido intentando incomodar a las payesas y a los más pequeños y luchando por robar les gerres que con esmero han guardado y defendido cada colla y ansa per ansa han intentado no soltar, casi siempre, sin éxito. Las carrozas, entre unos y otros, han marchado a su ritmo y han puesto el toque de color y tradición al recorrido. Cabe recordar que la processó de la Beata cuenta siempre con doce carrozas: sa Cuina de Son Gallard (siempre es la primera), Espou, Els segadors, la Plaça des Mercat, Didal, Flor de Mallorca, Claustre, celda, Santa Catalina màrtir,Virtuds, Beatificació y Glorificació (cierra la muestra). Cada una de ellas representa distintos episodios de la vida de Santa Catalina Tomàs.
La Santa, como siempre, ha permanecido durante todo el camino imperturbable resguardando su virtud frente a los intentos infructuosos del demonio por corromperla. El sonido seco de la cerámica rompiéndose a los pies de la Beata por parte del Dimoni Gros en la plaza de l'Església ha culminado la fiesta que estalla horas después en la trencadissa final, un momento muy especial para los vecinos de Santa Margalida.
Tradición
Declarada de Interés Turístico en 1984 la procesión de la Beata sigue siendo uno de los actos más concurridos del verano en Mallorca. En 1792, fue beatificada y canonizada en el año 1930.
La fiesta de la Beata de Santa Margalida empezó a llevarse a cabo a finales del siglo XVIII y ayer volivó a demostrar que, tantos años después, sigue estando en plena forma.
Ahora quedan solo 364 días para volver a oír por las calles de la Vila aquello de Sor Tomasseta, on sou? Ja vos podeu amagar, perquè el dimoni vos cerca, dins un pou vos vol tirar. Que en viva la «Beata» que en viva Catalina! que en viva sor Tomassa que és santa mallorquina! que en viva, que en viva! .
5 comentarios
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WaterlooTens tota la raó, com per exemple emprar la nostra llengua, i tu veig que ja estàs emprant-ne una de forastera i imposada a foc i sang.
La mallorquinitat no és només vestir-se de pagès o pagesa i anar a sa festa d'un poble. La mallorquinitat implica defensar els tots drets dels mallorquins/es
DanielDentro de 20 años en Santa Margarita dos mezquitas como mínimo.
WaterlooUna cosa no excluye la otra.
O mantenemos vivas nuestras tradiciones o nos arrasarán las alianzas de civilizaciones.