Acogedor. Los ‘binissalemers’ saben que el Sopar a la Fresca del Vermar es un momento especial para recibir a familiares y amigos que residen en otros municipios. | M. À. Cañellas

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Si en Mallorca hay un Sopar a la Fresca icónico, este es sin duda el de Binissalem. Este viernes las calles que desde hace dos semanas respiran la Festa des Vermar se han llenado de sillas y mesas que esperaban a los miles de familiares y amigos que los binissalemers han invitado para la ocasión. Cada año se hace complicado calcular la afluencia, pero según fuentes de la Policía Local han participado en el Sopar a la Fresca más de 16.000 personas.

Los fideus de Vermar son la estrella de la noche, de la misma forma que lo fueron el jueves en la fiesta de Can Arabí. Cada familia se encarga de elaborarlos para recordar que era un plato que se consumía en la época de la vendimia. Uno de los ingredientes que no puede faltar es la carne de oveja vieja, que les da un peculiar sabor y hay casas en las que prefieren añadir más picante de lo habitual. Sean como sean, los fideos no han faltado en ninguna mesa y tampoco el vino local, que el Ajuntament de Binissalem vendía por un euro en los días previos al Sopar a la Fresca.

Aunque las calles del centro son siempre las más concurridas, con el paso de los años se han ido añadiendo otras vías que se encuentran en la franja exterior del municipio. Es por esta razón que la Policía Local comienza a cortar las calles a partir de las cuatro de la tarde y este viernes no ha sido una excepción. Para asegurar el buen desarrollo de la velada, los agentes junto a Protecció Civil han cortado una veintena de calles para disponer vías de salida de emergencia y facilitar los accesos a pie a otras zonas.

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Los invitados que han llegado a Binissalem en vehículo privado han podido estacionar en los aparcamientos habilitados, aunque año tras año se corrobora que van quedando pequeños. La entrada se realiza por el Camí de Pedaç, donde los conductores han encontrado aparcamientos en el polígono, en los alrededores del restaurante Sa Vinya, en el Camí de Son Roig y en el supermercado cercano. Muchos otros han optado por hacer uso del tren y SFM ha habilitado servicios especiales entre Palma y Binissalem a partir de las once y hasta las tres de la madrugada.

Aunque la lluvia ha hecho acto de aparición por la mañana, durante esta noche solo ha sido necesario abrigarse en algunos momentos, aunque los fideus de Vermar y el vino han ido cumpliendo su función.
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