Aunque no tan abarrotada como la calle de Bartomeu Coc —donde había paradetes de comida— o la avenida del Bisbe Llompart —llena de artesanía—, la Gran Vía Colom también acogió ayer una gran cantidad de visitantes. Unos cincuenta expositores de maquinaria agrícola e industrial se volvieron a instalar en esta calle después de varias ediciones sin participar de la Fira de les Fires.
Así, tractores, cosechadoras, motores de labranza, sembradoras, camiones, caravanas, furgonetas y también estufas de pellets y placas solares llenaron de público esta vía y sus perpendiculares. Cabe destacar que se trata de una de las zonas más concurridas, al ser una de las avenidas que conecta con el centro, más cercanas a la estación de tren, con el que llegan miles de personas durante el día, y a los aparcamientos disuasorios.
«Este año ha ido genial, está más que comprobado que si no vas a las ferias parece que no existes», relataba Pedro de la empresa Tallers Vaquer (Porreres). El empresario explicó que el año pasado no secundó la decisión de las grandes empresas de maquinaria de no acudir al Dijous Bo y aseguró que «una feria sin maquinaria y animales no es una fira, es un mercado».
En esta edición, donde muchas empresas regresaron, la actividad creció considerablemente. Su regresó agradó a los visitantes que se paraban a admirar las grandes máquinas. Una de las más contempladas, debido a sus grandes dimensiones, fue sin duda una cosechadora de patatas de la empresa Tecnoagrícola Balear (Sa Pobla). «Hay gente, tanto profesionales como particulares, que viene al Dijous Bo únicamente para ver la maquinaria. No podemos fallar», explicó la propietaria de la empresa poblera, quien añadió que es su primera «aunque no la última vez que acuden a la Gran Fira».
Eso sí, quienes generaron más impacto y reuniron decenas de visitantes a la vez fueron los de Milwaukee, una empresa de herramientas profesionales y baterías, que serraban troncos en directo e instalaron una gran carpa roja en forma de iglú donde expusieron sus productos. Otro de los expositores que más público congregaron fueron los de la asociación Amigos de Mallorca, Menorca e Ibiza en Caravana, Camper y Autocaravana (AMMICCA).
Con tres automóviles camperizados de diferentes tamaños y tras el boom de este tipo de viajes, consiguieron captar la atención de decenas de personas que curiosearon las casas sobre ruedas. En su caso, no solo expusieron los vehículos, también hicieron un trabajo de divulgación de buenas prácticas a la hora de viajar en caravana.
En el polígono de la ciudad, dos calles (Menestrals y Quarter), concentraron a las empresas de coches y motos que tuvieron un flujo constante de visitantes, pero no tan intenso como en las zonas más céntricas.
En general, no se produjeron demasiadas ventas directas, sino que la mayoría de los interesados en los vehículos concertaban citas posteriores en los concesionarios, según coincidieron diversos representantes del sector. Solo los coches de ocasión fueron la excepción y en ese sector sí que se concretaron ventas directas.
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