El hecho, es que las instalaciones no cuentan con licencia de actividad, un requisito legal indispensable para garantizar la seguridad y el cumplimiento de las normas en un local. Esta información se hizo pública la semana pasada a raíz de unas declaraciones de la regidora de Cultura, Antònia Frau a los medios de comunicación locales. Tras estas declaraciones, la propiedad ha tomado la decisión de anular —de momento— todas las actividades.
Fue el rector de Sóller, Eugeni Rodríguez, quien comunicó a las entidades afectadas la decisión. A través de un mensaje instantáneo, Rodríguez explicó que «estas declaraciones son muy graves porque ahora en estos momentos la parroquia queda expuesta y es la responsable de realizar actividades ilegales». En su mensaje, Rodríguez también reconoció que «era algo que se sabía pero nadie lo había dicho públicamente».
Cabe destacar que en estos últimos meses, la actividad del espacio se había incrementado, ya que debido a las obras de Ses Escolàpies (un edificio de titularidad municipal), diversas entidades se habían trasladado al Victòria. Entre algunos de los afectados se encontrarían los grupos de teatro; los Xeremiers; el Agrupament Escolta Capità Angelats; la Associació de Músics de Sóller o las costureras.
El rector ha programado para enero una reunión para con los colectivos afectados para informales sobre el cese de la actividad. Si finalmente, la medida se aplica ello supondrá que ni el Ajuntament ni los grupos de teatro o de música puedan llevar a cabo ningún espectáculo en Sóller mientras no se redacte el documento que permita el desarrollo de actividades en las instalaciones del teatro.
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Si no se puede solventar esto para qué perder tiempo y dinero con la defensora.