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Mientras miles de palmesanos disfrutaban del Diumenge de l'Àngel en el Castell de Bellver, el ciclo de ‘pancaritats’ de la Part Forana de Mallorca finalizaba este domingo con una jornada festiva y muy concurrida en los municipios que conservan la tradición de subir a sus ermitas como punto y final a las celebraciones de Pascua. Es el caso de Inca, Alaró, Porreres, Llucmajor, Santa Maria, Binissalem y Sencelles, entre otros.

festa de monti-sion
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Monti-Sion

En Porreres se ha celebrado la Festa de Monti-Sion. A las 9 horas arrancaba la subida a pie desde la Plaça de la Vila con el acompañamiento de la Filharmonica Porrerenca. En Monti-Sion ha habido un puesto de venta de libros en catalán y demostración del Grup Escaquista de Porreres organizada por la Agrupación Cultural Porreres. A las 11 se ha celebrado la eucaristia en la clastra del Santuario con la participación de la Coral de Porreres. No ha faltado el ball de bot a cargo de la agrupación Aires de Monti-Sion.

Uno de los ‘pancaritats’ más esperados ha sido el de Llucmajor, donde los vecinos han podido celebrar el ‘Diumenge de l’Àngel’ en Gràcia después de siete años. El Santuario llevaba cerrado a los visitantes desde 2017 a causa de un deslizamiento de tierras en la zona del párquing y solo se podía acceder a él en días concretos y con cita previa. El consistorio, una vez finalizadas las obras de reforma, ha organizado este día de peregrinación que ha comenzdo a las 9 horas desde la plaza del Ajuntament. Allí se ha celebrado también una eucaristía y una ballada popular de la mano de los Xeremiers de sa Marina y Engrescats.

Momento de la misa en el Castell d'Alaró.

Castell d'Alaró

En la comarca del Raiguer, más de 400 vecinos han subido a pie el camino de montaña hasta la cima del Castell d’Alaró, donde han podido disfrutar de un recital a cargo de Minuet, bailes tradicionales de Mallorca con Terra Roja y para los más pequeños, una divertida trencada d’olles en la explanada de la hospedería. Tras la misa oficiada en el porche de la ermita, los alaroners compartieron las enormes paellas encargadas por el Ajuntament para la ocasión y que han sido elaboradas por la Asociación de Voluntarios Castell d'Alaró.

Puig d'Inca

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Otro de los pancaritats más multitudinarios fue el de Inca. A primera hora de la mañana, una comitiva encabezada por los Gegants d’Inca y los xeremiers daba el sus, junto con las autoridades locales, a la caminata desde la plaza de Santa Maria la Major para subir a pie hasta el Puig de Santa Magdalena. En la cima no faltaron la música ni los bailes a cargo de los Revetlers des Puig d’Inca y el baile de los Gegants d’Inca a la salida de la misa que se ofició en la ermita. Un año más, los inquers midieron su buena mano en el concurso de paellas organizado por el Ajuntament y dieron buena cuenta de ellas en la explanada.

Jornada de paellas en Binissalem, donde los vecinos se reunieron en Can Arabí.

Binissalem

Otros municipios más pequeños que no tienen su propia ermita también celebraron el encuentro dominical en lugares simbólicos. Es el caso de Binissalem, cuyos vecinos subieron hasta Can Arabí para participar en la romería. Antes de disfrutar de las paellas, hubo juegos infantiles para los más pequeños.

Más de 200 personas acudieron a la Caseta de la Beata en Sencelles.

Caseta de la Beata

En Sencelles, más de 200 personas se sumaron al pancaritat en la Caseta de la Beata, donde e rector Josep Adrover ofició una misa en el campo, en la finca que perteneció a la beata Sor Francinaina, cuya imagen presidió el encuentro. Allí, bajo los pinos, los sencellers compartieron un arròs sec elaborado bajo las directrices de Toni Bennàssar, y una serie de cocas dulces. No faltó el ball de bot para finalizar la celebración.

En Santa Maria, por segundo año consecutivo el ‘pancaritat’ se celebró en el pinar de Son Llaüt. Tradicionalmente, los santamariers subían al Puig de Son Seguí para celebrar este día en la ermita que comparten con Santa Eugènia, pero el mal estado tanto del camino de acceso como del propio oratorio han propiciado el cambio de lugar.

En Lloret de Vistalegre el lugar escogido para celebrar el Diumenge de l’Àngel fue Sa Comuna. Muchos lloritans salieron a pie desde la plaza a las diez de la mañana para recorrer a pie el camino hasta su bosque comunal. Allí, en lugar de las paellas que han ido sustituyendo a las panades y robiols, el Ajuntament encargó la elaboración de una fideuá.