Antoni Moragues, durante uno de los debates en los que participa.

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Estudiante de Derecho, Antoni Moragues Pascual es uno de los miembros de la Asociación de Debate Balear, una entidad universitaria inscrita también en el Consell de Mallorca y el Registro de Asociaciones. Desde ella, este palmesano residente en Búger se ha introducido en algo poco común hoy en día, la discusión serena, meditada y cargada de argumentos.

Para quien no lo conozca, ¿qué es un grupo de debate?
—Normalmente cada universidad tiene como mínimo uno. Es una asociación o grupo de estudiantes que busca mejorar su oratoria y capacidad de pensamiento crítico. Se imparten clases por los más veteranos durante el año académico y se realizan torneos en los que se debate con otros equipos universitarios, hasta que uno se alza con la victoria. Un amigo y me introdujo en este mundo. Desde el principio me pareció muy interesante y he acabado convirtiéndome en uno más de este grupo de personas que comparte esta pasión.

¿Qué le han aportado a nivel personal?
—Me ha aportado amigos con los que he creado un vínculo diferente, con una índole más crítica y argumentativa. También me ha ayudado a mejorar mi capacidad de pensamiento crítico. Ya nunca me quedo en el nivel más superficial de ningún asunto, ahora puedo ver más conexiones entre temas, a la vez que soy capaz de pensar más rápido. En un debate no puedes quedarte mirando a las musarañas, debes tener muy buena escucha activa. Otro factor importante es el de viajar, ya que gracias al mundo de los debates he podido ir a torneos por toda España como representante de Balears.

¿Es un tema suficientemente extendido entre los jóvenes?
—Creo que no, pero tampoco lo es entre la gente más adulta. El debate te ayuda a salir de tu burbuja y tu espectro de pensamiento, a la vez que te obliga a hablar y pensar de forma lógica, concatenando pensamientos y normalmente con evidencias científicas que apoyen lo que defiendes. Es algo que considero muy necesario. La gente necesita ver los problemas desde prismas distintos a los suyos en una sociedad tan globalizada como la actual y el cambio empieza por los más jóvenes. Aunque tengo que decir que cada año tenemos a mas gente interesada en el proyecto. Se están empezando a ver los resultados y la necesidad del debate en épocas de desarrollo tan importantes como la etapa universitaria.

¿Cómo de necesario en la sociedad actual es el debatir?
—Es muy importante. El debate te invita a ver los problemas desde puntos de vista que nunca te habías planteado y te das cuenta de que no hay una verdad absoluta en ningún tema. Todos los lados suelen tener su parte de razón y entender esto te facilita el dialogo con gente con la que en un principio podrías estar en desacuerdo, para así quizás hallar un punto medio.

Desde su punto de vista, ¿cómo es la capacidad de debatir en las redes sociales?
—Prácticamente nula. La gente hoy en día peca de fanatismo, dejándose llevar por el sentimentalismo y los falsos gurús populistas, que sueltan verdades a medias para su propio beneficio. Hay muchos casos, promovidos por medios de comunicación incendiarios que buscan generar quemas de brujas contra todo aquel que les vaya un poco en contra. La gente en las redes se blinda en su anonimato para así poder decir y hacer cualquier cosa sin repercusión alguna, desinformando para hacer que su movimiento tenga más fuerza. Es importante que en la era de la información, la gente se informe antes de hablar sobre un tema que desconocen.

¿Cree que se puede extender la capacidad de debatir a la sociedad?
—Creo que sí, pero no creo que el pueblo tenga mucho poder para ello, es algo que no se inculca a nivel educativo. Este tipo de hábitos vienen desde casa o desde la escuela y si a tus padres jamás les han enseñado la importancia de debatir o pensar por si mismos, ellos no te lo inculcarán. A la vez las escuelas están atadas por unos planes de estudios que no promueven el pensamiento crítico. El poder para cambiar esto reside en los profesores y los políticos. Ellos deberían preocuparse de que las generaciones venideras tengan capacidad crítica y de diálogo.

¿Alguna vez su propia argumentación sobre un tema le ha hecho ver que estaba equivocado sobre él?
—En el mundo pocas veces alguien está completamente errado en su opinión. Al fin y al cabo, esta viene dada por un contexto real que se vive como individuo. Pero a veces ocurre que tras investigar o hablar con compañeros, nuestras opiniones se acaban acercando. Es lo bueno que tiene el debate, acaba acercando a la gente mediante algo tan común como es hablar.