En Can Majoral empezaron con la vendimia el pasado 1 de agosto. | R.P.F.

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La espada de Damocles pende de nuevo sobre el sector primario y, en esta ocasión, sobre la vendimia que está en plena campaña. Algunos payeses aceleraban este martes la recolección de la uva ante las previsiones de fuertes tormentas para este miércoles y jueves. «Venimos de una sequía extrema y ahora pasamos a unas precipitaciones que pueden ser abundantes, incluso con posibilidades de granizo. Esto para la viña sería una catástrofe ya que pone en peligro el trabajo de todo el año», señalaba el secretario general de Unió de Pagesos y uno de los responsables de la bodega 7103 Petit Celler de Santa Maria, Sebastià Ordines.

Hasta el momento, la vendimia de este año está claramente marcada por la sequía y el estrés hídrico que sufren las vides en los terrenos de secano. Es por ello que algunas bodegas tuvieron que empezar la recolección de la uva antes de lo habitual. Ahora, las previsiones de temporal ponen en alerta al sector ya que algunas precipitaciones «serían beneficiosas para las vides; el problema radicará en cuanto puede llover y si irá acompañado de granizo», señalaba el enólogo Andreu Oliver, del celler Can Majoral.

Precisamente la conocida bodega de Algaida avanzó el inicio de la vendimia al 1 de agosto, cuando jamás había sido tan pronto. «Con esta sequía el grano casi no crece y la planta está al límite», reconoce Oliver mientras afirma que si las lluvias previstas para estos días no son intensas serían buenas para la producción. «Necesitamos agua, pero que no haga daño», recalca mientras reconoce que en la bodega también han modificado los planes de trabajo para hoy en previsión del temporal.
En este sentido el presidente de la DO Pla i Llevant, Antoni Bennàssar, asegura que 20 o 30 litros «favorecerían las variedades de uva que todavía no ha madurado, luego tendremos que ver la intensidad de las lluvias», señaló este martes mientras recordaba y las variedades chardonair, moscatell o pinot noir son las primeras en vendimiarse.

«Lo difícil será adaptarse al cambio climático que tenemos encima, porque muchas fincas no tienen posibilidades de agua, por lo que lo único que nos queda por pedir es que la Conselleria d’Agricultura no desperdicie ni una sola gota de agua depurada, que ni una gota llegue al mar y que la podamos utilizar toda para uso agrícola», destaca el secretario general de Unió de Pagesos, Sebastià Ordines.