Imagen del desfile de la Beata. | Emilio Queirolo

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Ni los cambios con el nuevo reglamento ganaron la batalla a la tradición en la processó más típica de Mallorca. Santa Margalida ha rendido este domingo un lucido homenaje a la Beata con un desfile que ha congregado a miles de personas. Este año se cumple el 450 aniversario de la muerte de Santa Catalina Thomàs por lo que la Vila quería mostrar su fervor de manera más contundente.

La tradición marca esta procesión declarada de interés turístico hace ahora 40 años. Pese a ello, Santa Margalida se ha adaptado a las nuevas circunstancias que este año han venido marcadas por el nuevo reglamento de organización y en el cual se fija que los dimonis están identificados con pulseras. Así pues, todos han llevado un brazalete con un número identificativo, una decisión que no ha sido exenta de ciertas críticas y reticencias dentro y fuera del colectivo de diablos. El reglamento también establecía que debían realizarse controles de alcoholemia y drogas, pero desde la organización han guardado silencio sobre si se había efectuado.

Vestidos al ample, tal y como hace unos años solicitó el alcalde de la localidad, Joan Monjo, las autoridades han presenciado el desfile desde el palco. Entre ellos la presidenta del Govern, Marga Prohens, que ha vuelto a acudir a la cita vestida de pagesa y acompañada por su hija. También han acudido vestidos de payeses el presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, y los alcaldes de Costitx, Antoni Salas, de Binissalem, Víctor Martí y de Selva, Joan Rotger, tradicionales a la cita de la Vila. Pero este año también hubo ausencias. Tal y como había anunciado, el PSOE no ha participado de la comitiva oficial mostrando así su rechazo a la situación supuestamente irregular del agroturismo de la familia del alcalde.

Pasaban diez minutos de las nueve de la noche cuando los fuegos artificiales han dado el pistoletazo de salida al desfile. Sin duda, la gran protagonista ha sido Elionor Nadal de 21 años que ha encarnado el papel de la Beata que, con la cruz en alto, ha resistido estoicamente a las ‘inclemencias’ de los dimonis que la tentaban hacia el mal.

Un total de 150 dimonis han participado en el desfile que se caracteriza también por romper las tradicionales gerres a los pies de la santa, 30 de los cuales formaban parte del equipo organizador. Se calcula que se han roto unas 3.000, mil más que en la pasada edición, que los diablos con sus saltos iban hurtando a las parejas de payeses y payesas durante la procesión. Todos han participado en el robo de las gerres pero han sido cuatro los diablos encargados de romperlas a los pies de la santa.

Marga Prohens viendo el desfile. Foto: E.Queirolo

Doce carrozas

Según la organización, han participado unos 1.500 pagesos y pagesas, la mayoría han desfilado en parejas o en grupos de tres que entre sus manos llevaban la tradicional gerra de barro. A ellos han que añadir las 140 personajes que de una manera u otra acompañan las 12 carrozas que han desfilado representando diferentes episodios de la vida de Catalina Thomàs i Gallard. Estas repasan desde su nacimiento el 1 de mayo de 1531 hasta su muerte muy joven en 1574 en el convento de Santa Magdalena.

Y durante toda la ‘Processó’ no ha parado de sonar las notas de la tradicional canción de Sor Thomasseta por las calles de la localidad gracias a la participación de las colles de xeremiers procedentes de todos los puntos de la Isla, así como diferentes bandas municipales como la de Algaida o Montuïri, entre otras.

Cabe señalar que si bien Elionor Nadal ha encarnado la figura de la Beata del terra, otras jóvenes también han representado a la santa durante el desfile sobre las carrozas: Aina Maria Cantarellas; Caterina Tortell; Aina Nadal; Núria Galmés; Marina Seguí; Marina Bordoy; Núria Serra; Núria Mendoza; Margalida Amer; Júlia Crespí; Aina Torres y Paula Matas.

Pasaban las diez y media de la noche cuando la comitiva oficial ha abandonado el palco. Pero la fiesta no terminaba ahí. Faltaba la trencadissa de gerres que han efectuado unos 30 diablos y que también es un momento muy esperado por los vecinos de Santa Margalida. Con ello se ha puesto punto y final a una celebración que pese a brazaletes y controles, mantiene viva la tradición.