Vista general de Santa Margalida. | R.L.

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El proceso de licitación para la construcción de tres nuevas escuelas infantiles (0-3 años) en Santa Margalida ha quedado desierto por tercera vez, lo que supone un nuevo contratiempo para la habilitación de estas infraestructuras educativas tan necesarias. Ninguna empresa se ha presentado al concurso, a pesar de que el Ayuntamiento ha incrementado el valor del contrato y mejorado las condiciones en cada ocasión para hacerlo más atractivo.

Según afirmó el alcalde, Joan Monjo, en el último pleno, el contrato ha pasado de tener un valor inicial de un millón de euros a alcanzar los dos millones, sin que ello haya conseguido atraer ofertas. Una parte de los fondos necesarios para la construcción está subvencionada por la Conselleria d’Educació, mientras que el resto lo financia el Ayuntamiento con crédito propio. Ante esta situación, Monjo anunció que no tiene intención de volver a licitar el contrato, argumentando que «perderíamos la subvención y no nos da tiempo».

El alcalde también reveló que ya ha contactado a dos empresas interesadas y que el Ayuntamiento les adjudicaría el proyecto a través de una «licitación abreviada». Monjo aseguró que el proceso sería «lo más legal posible». Estas declaraciones provocaron la sorpresa de la oposición socialista. El portavoz del PSOE, Xisco Bergas, respondió señalando que «las cosas no se tienen que hacer lo más legal posible, sino totalmente legal porque se trata de dinero público». Bergas insistió en que la licitación debería repetirse conforme a la normativa vigente, y criticó la gestión de Monjo en este asunto. El alcalde replicó duramente, afirmando que su propuesta era la única forma de garantizar que las escuelas finalmente se construyan y acusó a Bergas de ser incapaz de gestionar el municipio: «Si mandaras tú, no habría ni escuelas ni nada, te ahogarías en un vaso de agua».

El proyecto contempla tres actuaciones principales: la ampliación de la actual escuela infantil de Santa Margalida, que duplicaría su capacidad de 35 a 70 plazas; la construcción de una nueva escuela en Can Picafort, también con 70 plazas; y otra en Son Serra de Marina, que ofrecería unas 15 plazas. Desde el PSOE se ha sugerido vincular la gestión de la escuela de Son Serra con la de Can Picafort, argumentando que la menor demanda en la primera podría dificultar la participación de empresas o encarecer los costos.