El Ministerio británico de Agricultura, Pesca y Alimentación
confirmó ayer un nuevo caso de fiebre aftosa en una granja en
Devon, en el suroeste de Inglaterra, con lo que se eleva a siete el
número de brotes de esta enfermedad. Este último caso corresponde a
una granja cercana a la localidad de Beaworthy, en Devon, que
cuenta con 600 vacas.
El asesor veterinario del Gobierno, Jim Scudamore, dijo que cree
que el propietario de los animales ha exportado a Europa, aunque no
lo ha hecho desde que la Unión Europea (UE) impuso el pasado
miércoles un embargo sobre las exportaciones británicas de ganado
vivo, carne y su derivados.
Los expertos veterinarios también continúan hoy estudios en una
cabaña porcina cercana a la de Heddon-on-the-Wall, en el nordeste
de Inglaterra, donde se cree está el origen del brote de
aftosa.
«Hemos llevado a cabo pruebas en lugares sospechosos, y aunque
es prematuro confirmar los resultados parece que la enfermedad ha
pasado a una granja vecina de Heddon Wall», agregó. El último brote
en Devon hace temer que la enfermedad pueda extenderse aún más por
todo el país.
Mientras, las autoridades incineran hoy los restos de los
animales sacrificados ayer en las seis granjas donde se ha
localizado la fiebre aftosa. Cuatro de ellas están en Sussex, en el
sudeste de Inglaterra, y dos en Northumberland, en el nordeste del
país.
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