Más de cien personas fallecieron en Japón en los cinco últimos
meses como consecuencia de los efectos secundarios producidos, al
parecer, por la ingesta de un fármaco contra el cáncer de pulmón,
comercializado por el grupo farmacéutico británico AstraZeneca
Group Plc, según anunció ayer el Ministerio japonés de Sanidad.
A raíz de las informaciones publicadas por la prensa en relación
con esta serie de muertes, el Ministerio formó una comisión de
expertos médicos con el fin de probar un uso más seguro de las
pastillas rojas incriminadas, disponibles solamente en Japón y
vendidas con el nombre de Iressa, indicó un portavoz del
Ministerio.
Desde la salida al mercado de este medicamento, el pasado 16 de
julio, 124 pacientes fallecieron después de sufrir efectos
secundarios que pueden guardar relación con el fármaco, en
particular neumonías alveolares, precisaron el canal público NHK y
otras cadenas. El medicamento ha sido prescrito a 19.000 pacientes
y el 2'6 por ciento de ellos, es decir 494 pacientes, de los que
124 han muerto, ha sufrido efectos secundarios. El pasado 15 de
octubre, AstraZeneca KK, filial japonesa del gigante farmacéutico
británico, intensificó la advertencia a los médicos sobre las
condiciones de prescripción de la medicina.
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