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FRANCE PRESS-EL VATICANO
El Papa hizo ayer un «llamamiento apremiante» para que «el mundo no ceda a la desconfianza a pesar del terrorismo», en su mensaje de Navidad pronunciado en la Plaza de San Pedro del Vaticano, ante más de 20.000 fieles de todo el mundo. Además, Juan Pablo II invitó a todos los creyentes y hombres de buena voluntad a comprometerse en la lucha por la Paz, sobre todo en Tierra Santa y en Oriente Próximo, en directa alusión a Irak, cuyo nombre no pronunció.

«Navidad, misterio de paz». Desde la gruta de Belén se elevó una llamada apremiante para que el mundo no caiga en la indiferencia, la sospecha y la desconfianza, aunque el trágico fenómeno del terrorismo haga crecer las incertidumbres y temores», indicó el máximo representante de la Iglesia católica.

«Los creyentes de todas las religiones, junto con los hombres de buena voluntad, abandonando cualquier forma de intolerancia y discriminación, están llamados a construir la paz: ante todo en Tierra Santa, para detener finalmente la inútil espiral de ciega violencia, y en Oriente Próximo, para apagar los siniestros destellos de un conflicto, que puede ser evitado.

Juan Pablo II expresó el deseo de que el mensaje de Navidad pueda ser recibido también «en Africa, donde las carestías devastadoras y las luchas intestinas agravan las condiciones, ya precarias, de pueblos enteros, si bien no faltan indicios de optimismo; en América Latina, en Asia, en otras partes del mundo donde crisis políticas, económicas y sociales inquietan a numerosas familias y naciones. ¡Que la humanidad acoja el mensaje de paz de la Navidad!».