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Las comumidades autónomas gobernadas por el Partido Popular (Madrid, Castilla y León, Cantabria, La Rioja, Murcia), además de Canarias y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, tendrán una tarjeta sanitaria común después del acuerdo firmado ayer por la mayoría de ellas en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS).

Las comunidades gobernadas por el PSOE (Andalucía, Extremadura, Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha y Balears), además de Cataluña y País Vasco, han rechazado la propuesta al considerar que no contiene nada nuevo y que es un retroceso para los sistemas de salud de algunas autonomías. Estas voces críticas piden además que la tarjeta no sea un documento meramente identificativo sino que contenga datos como el historial clínico del paciente o su historia laboral.

Este documento incluirá los datos básicos de identificación del titular y facilitará la circulación de pacientes por toda España garantizando que los servicios de salud proporcionen en cada caso la asistencia precisa. El pleno dio luz verde también al Plan Nacional contra el Tabaquismo, que pretende ampliar la prohibición de su consumo hasta los 18 años y dar una mayor protección a los no fumadores. Además Sanidad y comunidades autónomas dieron el visto bueno al real decreto para homogeneizar las listas de espera en todo el territorio nacional.

El Plan Nacional contra el Tabaquismo, que se desarrollará hasta 2007, incluye entre sus principales medidas establecer «lugares de trabajo especiales (centros docentes, sanitarios, públicos y de ocio) como espacios libres de humo», y «suprimir máquinas expendedoras de tabaco (que no distinguen la edad del comprador), contemplando la venta personalizada como forma principal de adquisición de estos productos».

Además se pretende sacar el tabaco del IPC, aumentar su precio y prohibir su venta en cigarrillos sueltos, de manera que sea menos accesible a los jóvenes. Las autoridades también tendrán que velar por el cumplimiento de la normativa sobre «espacios sin humo» en el ámbito de las administraciones públicas y de los centros sociales y de atención al público.

Por otro lado, el Consejo dio el visto bueno a un borrador según el cual el Ministerio de Sanidad y Consumo hará pública cada seis meses la información sobre la evolución general de las listas de espera en todo el Sistema Nacional de Salud, teniendo en cuenta como fechas de corte el 30 de junio y el 31 de diciembre de cada año. Además, los servicios de salud de las comunidades autónomas «deberán proporcionar a los ciudadanos la información personalizada sobre la espera prevista, en el marco de su proceso asistencial».