El repudio y el divorcio son definidos en esta reforma como una
disolución de los lazos matrimoniales ejercida por el hombre y la
mujer, bajo control judicial, y no constituyen una prerrogativa
única del hombre como en el texto actual.
En su discurso de apertura de la sesión de otoño del Parlamento
marroquí, el rey detalló estas reformas en materia de divorcio,
repudio, poligamia, tutela, guardia de niños, reparto de los bienes
adquiridos por los esposos y la intervención del juez en el proceso
de divorcio.
El monarca alauí dijo que la nueva reforma abandona la regla de
obediencia de la esposa a su marido, anula la regla que sometía la
mujer a la tutela de un miembro varón de su familia, establece la
igualdad de la mujer y del hombre en lo que se refiere a la edad
del matrimonio, fijada en 18 años, en lugar del texto actual de 18
años para el hombre y de 15 años para la mujer.
La poligamia se somete a la autorización del juez y con
drásticas condiciones legales que la hacen casi imposible, según el
nuevo texto de reforma.
El rey anunció también otras medidas para la protección de los
derechos de los niños y de la mujer, y para corregir los abusos
causados por el procedimiento legal en los tribunales.
La decisión del rey Mohamed VI de crear una comisión para una
nueva reforma de la «mudawana» se produjo a raíz de la polémica
generada por el plan gubernamental del antiguo gobierno del
socialista Abderrahman Yusufi, para la inserción de la mujer en el
proceso de desarrollo.
El código de la familia, inspirado de la ley islámica, fue el
motivo esgrimido por los opositores al plan para lanzar una campaña
contra el proyecto de integración de la mujer.
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