Gene Robinson recibe la felicitación de Mark Andrew, su pareja, tras su consagración.

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AGENCIAS-DURHAM
Gene Robinson se convirtió ayer en el primer obispo abiertamente homosexual de la Iglesia episcopal de EEUU, entre las objeciones de grupos conservadores, que celebraron una ceremonia alternativa y amenazan con un cisma.

El rito obliga a preguntar a la congregación si «hay alguna razón por la cual no debiéramos seguir adelante» y el obispo adjunto de Albany, David Bena, y el reverendo Earle Fox, de la Diócesis de Pittsburgh, expresaron su desacuerdo con la ordenación. Bena leyó una declaración en nombre de 36 obispos de EEUU y Canadá que señalaba que el «estilo de vida de Robinson es incompatible con las Escrituras y las enseñanzas de esta Iglesia», mientras que Fox habló negativamente de la homosexualidad.

Ante 4.000 personas, entre ellas su pareja desde hace 14 años, Robinson, de 56 años, fue consagrado como el primer jefe de una diócesis abiertamente homosexual por una confesión cristiana importante. Pero la polémica que ha rodeado su elección le siguió hasta la ceremonia, celebrada en la Universidad de Nuevo Hampshire, estado del que ya es obispo.

En cambio, cincuenta y cinco obispos manifestaron con su presencia en la ceremonia su apoyo al nuevo mitrado, quien considera que su nombramiento sirve para reconocer el papel de un grupo, el de los homosexuales, que «durante siglos se han visto relegados al margen de la sociedad».

Mientras, fuera del recinto, un grupo de manifestantes gritaba eslóganes contra Robinson y portaba carteles que decían «Dios odia a los maricas», mientras otro grupo se manifestaba a su favor, ambos separados por agentes de la policía montada. La seguridad también fue estricta dentro de la instalación deportiva donde tuvo lugar la ceremonia, con detectores de metales, perros policía y agentes apostados en el tejado. Además, Robinson tiene protección policial debido a las numerosas amenazas de muerte recibidas.