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Un cohete europeo, Ariane-5, despegó la madrugada de ayer de la base de Kurú, en la Guayana francesa, para poner en órbita el mayor satélite de telecomunicaciones construido hasta ahora, el ANIK F2, para el operador canadiense Télésat, después de tres intentos frustrados esta misma semana. El cuarto intento para llevar a cabo la operación, después de tres fallidos. El último, 24 horas antes, falló por una anomalía en la mesa de lanzamiento durante los preparativos.

El despegue del cohete había sido anulado también la noche del jueves al viernes por la amenaza de tormentas sobre Kurú.