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El Ayuntamiento de Barcelona cerró el pasado mes de septiembre la red de acceso gratuito a Internet sin cables -'wi-fi'-, que constaba de 11 puntos de acceso, tras recibir una notificación de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) que consideraba este servicio como una competencia desleal para el resto de operadoras. La concejalía de Ciudad del Conocimiento realizó la primera prueba piloto de un servicio de acceso a Internet sin cables durante las fiestas mayores de la Mercè de 2003, aunque el proyecto 'BCN Sensefils' comenzó a implantarse definitivamente a partir del 15 de enero de 2004. A finales de abril, tras una inversión aproximada de 12.000 euros, Barcelona contaba con 11 puntos de acceso 'wireless', 10 en los distritos y otro más en la plaza Sant Miquel, junto a la sede central del Ayuntamiento. Según explicó a Europa Press un portavoz de la concejalía, Marc Puigdomènech, «ya nos daba miedo que nos pudieran acusar de competencia desleal» por promover un acceso gratuito a Intenet, por lo que «lo restringimos a 60 webs de administraciones públicas», incluida la municipal de Barcelona, «para poder considerarlo un servicio de interés público». No obstante, a principios de junio la CMT hizo llegar al Consistorio barcelonés una notificación en la que afirmaba que la red 'wi-fi' suponía una «competencia desleal» para el resto de operadoras. Por ello, el organismo regulador instó al Ayuntamiento a solicitar una licencia de operadora y a conseguir que la red sin cables se autofinanciara, a riesgo de recibir una multa de un euro por habitante, lo que habría supuesto un desembolso de 1'5 millones.