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El presidente del Bundestag (Cámara baja del Parlamento alemán), Wolfgang Thierse, inauguró en el centro de Berlín el monumento a las víctimas del Holocausto y dijo que recuerda «al más horrible de todos los crímenes del nacionalsocialismo». El Bundestag aprobó en 1999 por amplia mayoría la construcción del monumento en una señal de que «la Alemania reunificada reconoce su Historia» y con la intención de que «despliegue una gran fuerza emocional». Thierse se expresó así en el acto de inauguración del monumento, en el que participan el presidente de Alemania, Horst Koehler; el canciller, Gerhard Schröder, supervivientes del Holocausto y un millar de invitados.

El monumento consta de 2.711 bloques de hormigón de distinta altura situados en lo que hasta hace muy poco era un descampado de 19.073 metros cuadrados entre la Puerta de Brandeburgo y la plaza Potsdamerplatz, muy cerca de donde estuvo la Cancillería del Tercer Reich y el búnker en el que Adolf Hitler se suicidó. El recinto alberga ahora en su subsuelo, bajo unos bloques de hormigón que pesan una media de ocho toneladas cada uno, un «centro de información» en el que se documenta la persecución de los judíos por el régimen nazi a través de destinos individuales de víctimas del Holocausto. El monumento, que se podrá visitar a partir de mañana, ha costado 27,6 millones.