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El Papa Benedicto XVI espera que la Iglesia española, que está dispuesta a dar «pasos firmes en sus proyectos evangelizadores», sea «comprendida y aceptada en su verdadera naturaleza y misión», porque lo que quiere es «promover el bien común para todos».

En la ceremonia concelebrada en la que tomaron parte más de 400 sacerdotes, los obispos españoles pidieron el fin de las «ofensas y desprecios» a la dignidad del matrimonio y de la familia.

El Pontífice espera también que se respete «la libertad religiosa y de conciencia de cada persona» y pide a la Virgen protección «para los pueblos de España» y para que sus hombres y sus mujeres «contribuyan todos a la consecución del bien común y, principalmente, a instaurar la civilización del amor».

Así lo señaló el Sumo Pontífice en un mensaje leído por el Nuncio en España, Manuel Monteiro de Castro, en la Misa Estacional que ayer se celebró en la plaza del Pilar de Zaragoza, con motivo de la Peregrinación Nacional por el Primer Centenario de la Coronación de la Virgen del Pilar y el 150 aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción.

Benedicto XVI aseguró en su comunicación, con cuya lectura acabó el acto, que la transmisión de la fe y la práctica religiosa de los creyentes «no puede quedar confinada en el ámbito puramente privado».

El Santo Padre, «unido espiritualmente» a los peregrinos que asisten a este acto en la capital aragonesa, se refiere a la Virgen María para encomendarle «toda vida humana desde el primer instante de su existencia hasta su término natural» y para que «preserve a cada hogar de toda injusticia social, de todo lo que degrada su dignidad y atenta contra su libertad».

El mensaje reitera que en el seno de la familia se desarrolla «la vocación de vida humana y cristiana» y donde «se comparten los gozos y expectativas en un clima de comprensión y ayuda recíproca».

Por eso, añade, el ser humano, «que nace, crece y se forma en la familia» es capaz de «emprender sin incertidumbre el camino del bien sin dejarse desorientar por modas o ideologías alienantes de la persona humana».