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EFE-CABO CAÑAVERAL
El transbordador espacial «Discovery» llegó ayer a su base en Florida tras una prolongada travesía espacial y un viaje transcontinental encima de un Jumbo 747 que se prolongó más de lo previsto por el mal tiempo.

Hace dos semanas, el mal tiempo había impedido que el «Discovery» regresase directamente a Cabo Cañaveral, el lugar de donde despegó rumbo a su aventura espacial el 26 de julio.

Por ello, la nave tuvo que aterrizar el 9 de agosto en la base aérea de Edwards, en el sur de California, por lo que la NASA se vio obligada a organizar un viaje a través de Norteamérica para llevarlo, encima de un Boeing 747 modificado, de vuelta a Florida.

El traslado a lo largo de 3.600 kilómetros costó a la agencia algo más de un millón de dólares.

El regreso del transbordador a Cabo Cañaveral se demoró de nuevo por las inclemencias del tiempo en Florida, y el «Discovery» debió pasar una noche varado en la base aérea de Barksdale, en Luisiana, antes de emprender el último tramo.

El vuelo espacial del «Discovery», el primero de un transbordador desde la tragedia del Columbia el 1 de febrero de 2003, estuvo marcada por problemas de diversa índole.

La nave aterrizó en California después de ver frustrados cuatro intentos de hacerlo en Florida por la presencia de nubes bajas y tormentas.

Esos contratiempos tuvieron lugar días después de que la NASA anunciase que el programa de los transbordadores estaba en el limbo a causa de recurrentes problemas durante el despegue.

La NASA básicamente anunció que aplazaba hasta marzo de 2006 el lanzamiento del próximo transbordador, mientras corrige los fallos apuntados por un grupo de expertos, cuando originalmente el siguiente despegue estaba planeado para septiembre de este año.

Un informe de un grupo de expertos afirmó que algunos de los problemas que ocasionaron el desastre del «Columbia» no se resolvieron antes de la salida del «Discovery».

El «Columbia» se desintegró el 1 de febrero de 2003 cuando regresaba a Tierra, en una tragedia que causó la muerte de sus siete tripulantes y forzó la suspensión de todos los vuelos de transbordadores.

La tragedia se debió a que en el lanzamiento, un fragmento de material aislante se desprendió y golpeó la nave, lo que creó una brecha en la capa de losetas de protección térmica y permitió la entrada de gases muy calientes durante la reentrada en la atmósfera. Esos problemas se repitieron durante el pasado lanzamiento del «Discovery».