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El fuerte incremento de población inmigrante en España en los últimos diez años se traduce en que en más de dos millones de hogares españoles haya, por lo menos, una persona nacida en el extranjero, y en un millón de ellos no haya españoles de cuna, según un estudio publicado ayer por el INE.

La integración parece ir hacia adelante si se tiene en cuenta que un 25 por ciento de los inmigrantes casados lo han hecho con un español o española. Destaca también un alto porcentaje de desarriago familiar, ya que de los más de 750.000 hijos de inmigrantes residentes en España, el 86 por ciento vive en sus países de origen.

La Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI), realizada por primera vez en el año 2007 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), ha investigado 15.500 inmigrantes de cualquier nacionalidad. Según el avance de resultados de la ENI, hay 2,16 millones de hogares en los que al menos uno de sus miembros de 16 o más años ha nacido fuera de España. Por su parte, hay 1,02 millones de hogares formados sólo por inmigrantes y 1,14 millones de hogares compuestos por inmigrantes y no inmigrantes. El 64,9% estaba trabajando en su país de origen antes de su salida hacia España.

Asimismo, ocho de cada diez viven en España separados de sus hijos, un total de 750.000 menores de 16 años que habitan en sus países de origen, y la mayoría contempla la reagrupación familiar.

La encuesta pone de manifiesto además que cerca de la mitad de quienes se alistaron en las Fuerzas Armadas abandonaron después, mientras un 73% de los empleados de la construcción conservaron su trabajo. Este es el tercer sector donde más tiempo permanece una mayor proporción de los extranjeros que empezaron, por detrás de la Dirección de empresas y Administraciones públicas (84,3%) y los puestos de Técnicos y profesionales científicos e intelectuales (84,3%), expone el estudio.