La organización no gubernamental Save the Children denunció ayer que el abuso sexual a menores por parte de trabajadores humanitarios y fuerzas de paz es común y afirmó que los esfuerzos para proteger a las víctimas son inadecuados.
Un estudio de la organización asegura que en situaciones de emergencia hay niveles significativos de abuso que casi nunca se denuncian, y agregó que, a menos que no se silencie, los intentos para eliminar la explotación «seguirán teniendo fallos».
Las acusaciones de abuso sexual por parte de fuerzas de paz de Naciones Unidas y trabajadores humanitarios en todo el mundo han aumentado en los últimos años y la ONU está investigando denuncias contra sus soldados en zonas como Haití, Liberia, Costa de Marfil y la República Democrática del Congo (RDC).
Pese a que la ONU y algunas organizaciones no gubernamentales estaban incrementando sus esfuerzos para tratar el problema, Save the Children estima que debe establecerse un «guardián global» este año para observar los «intentos de eliminación del abuso y abogar por respuestas efectivas».
Save the Children basó su informe en visitas efectuadas en 2007 a Haití, el sur de Sudán y Costa de Marfil. Así, creó 38 grupos de discusión con 250 niños y 90 adultos, seguidos por entrevistas en profundidad con algunos de ellos e investigaciones.
El estudio descubrió un amplio rango de explotación y abuso: niños intercambiando sexo por comida, sexo forzado, abuso sexual verbal, prostitución infantil, pornografía infantil, esclavitud sexual, ataque sexual y tráfico de niños.
Los grupos de discusión identificaron a niños de tan sólo seis años como víctimas de abusos, pero la mayoría tenía entre 14 y 15 años. De los 38 grupos, 20 identificaron a las fuerzas de paz de la ONU como los posibles sospechosos, aunque un total de 23 organizaciones humanitarias, de paz y seguridad fueron asociadas con casos de abuso sexual en los tres países.
«Todas las agencias humanitarias y de paz que trabajan en situaciones de emergencia, incluida Save the Children, deben aceptar el hecho de que son vulnerables a este problema y tratarlo directamente», explicó Jasmine Whitbread, directora de la ONG en Reino Unido.
Más de la mitad de los niños que participaron en el estudio destacaron casos de tocamientos y sexo forzado. De este grupo, el 18 y 23% recordó diez ó más incidentes, respectivamente.
«Nos piden especialmente niñas de nuestra edad. Generalmente son entre ocho y diez hombres que comparten a dos o tres niñas. Cuando sugiero una chica más grande, ellos dicen que quieren una niña pequeña», explicó al equipo de investigación un niño de 14 años que trabaja en un campo de fuerzas de paz en Costa de Marfil.
El trabajo forzoso y el empleo de niños para reducir los costes de producción son algunos de los problemas que definen la situación laboral en China, según un informe de la Confederación Sindical Internacional (CSI). En este sentido, el pasado mes de abril se desmanteló una red de tráfico de niños que secuestró a cerca de 100 menores procedentes de las regiones más pobres del país, y que eran explotados en varias fábricas de la ciudad de Dongguan, uno de los principales centros de producción del sur del país. Los pequeños trabajaban 300 horas mensuales y cobraban 0,50 de dólar la hora.
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