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El examen oral de la nueva selectividad obligará a cambiar la metodología de la enseñanza del idioma en Educación Secundaria y Obligatoria (ESO) y Bachillerato, según explicaron ayer la secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia, y el director general de Universidades, Felipe Petriz. Por este motivo, esta iniciativa se pondrá en marcha en junio de 2012, es decir, dos años más tarde de la entrada en vigor de las pruebas de acceso a la universidad.

En un encuentro con periodistas, y previo a la consulta con las comunidades autónomas y las universidades, Almunia y Petriz manifestaron que la nueva selectividad, que entrará en vigor en junio de 2010, tiene como «novedad» la posibilidad de que los alumnos puedan subir nota examinándose de las asignaturas relacionadas con la carrera que han elegido cursar. Este decreto deberá aprobarse antes de fin de año.

En este sentido, aclararon que esta prueba «mantendrá el nivel exigido hasta ahora» y evitará la «gran cantidad» de reclamaciones que actualmente se producen cuando los alumnos no alcanzan la nota exigida por los centros universitarios.

Sin embargo, precisaron que se mantiene en su propuesta el porcentaje que la nota de selectividad tiene sobre el resultado final de cada alumno, es decir, el 40 por ciento, así como el número de convocatorias, que, según señalaron, «serán al menos dos» (junio y septiembre).

La nueva selectividad se dividirá en dos fases. La primera, igual que la actual, consistirá en el examen de las materias comunes -Lengua castellana y Literatura, Lengua extranjera, Historia o Filosofía y, en su caso, Lengua oficial-. Sin embargo, se añade a esta primera prueba un examen de una asignatura de modalidad elegida por el alumno, es decir, una materia especializada de una de las tres vías por la que los estudiantes de Bachillerato optan (Artes, Ciencias y Tecnología o Humanidades y Ciencias Sociales).

Para la calificación de esta prueba, ambos ministerios han determinado que cada examen se puntúe de cero a diez y, para poder acceder a la universidad, el alumno necesita sacar al menos un cinco de media.

La segunda fase está enfocada a aquéllos que quieran competir por una plaza en la titulación con más demanda.

De tal forma, tendrán la opción de subir nota haciendo exámenes tipo test sobre otras materias de modalidad diferentes a la ya examinada en la primera fase, que deberán estar relacionadas con la carrera a la que aspira, aunque no tiene por qué haberse cursado en el Bachillerato, y que serán determinadas por cada universidad al comienzo de cada curso.