El cambio horario puede contribuir a aumentar la fatiga y las dificultades para conciliar el sueño. | Pixabay

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En la madrugada del próximo sábado 25 de marzo al domingo adelantaremos los relojes una hora; a las 2:00 serán las 3:00. Ello conlleva un determinado ahorro energético, pero a veces también tiene efectos en nuestro organismo, con una mayor, fatiga, cansancio o dificultades para conciliar el sueño, e incluso ansiedad.

Para que el cambio y sus efectos no sea tan radical, el servicio de asesoramiento nutricional en farmacias del Grupo NC Salud nos brinda algunas recomendaciones:

Levantarse antes el domingo. Adelantar el reloj una hora supone recortar nuestro domingo, lo que suele repercutir en una reducción de las horas de descanso. Intentar levantarnos un poco antes de lo habitual este día, hará que lleguemos más cansados a la noche y ayudará a que nos cueste menos levantarnos el lunes, mejorando el descanso.

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Vitamina C + magnesio. Durante los días siguientes al cambio de hora, es muy recomendable ingerir por la mañana frutas con vitamina C, como la fresa, el kiwi o la naranja, que nos ayudarán a mantenernos despiertos. Por la tarde, apostaremos por aquellos frutos ricos en magnesio, como el plátano, la nuez o la avellana, pues este mineral actúa como relajante muscular y nos prepara para el momento de irnos a dormir.

Alimentos con triptófano. Las legumbres, los frutos secos, la carne, o la avena son aliados para regular los ciclos del sueño y mantener un buen estado anímico. Lo logran gracias al triptófano, un aminoácido esencial que aumenta los niveles de serotonina y melatonina, siendo ésta última la hormona que regula el sueño de una forma natural.

Mantener el horario de las cenas. Durante los primeros días, no llegaremos con la misma hambre que antes, porque estaremos ingiriendo alimentos antes de lo que acostumbramos, pero debemos mantener la cena a su misma hora para evitar desórdenes alimenticios, e irnos a dormir con sensación de pesadez o molestias. Nos ayudará apostar por platos ligeros, con verduras y frutas como protagonistas.

Evitar por unos días. Las siestas prolongadas aumentan el descontrol horario de nuestro organismo, logrando el efecto contrario al perseguido. Comidas ricas en grasas, especialmente por la noche, que pueden desencadenar episodios de acidez de estómago y pesadez. Tampoco no conviene acostarnos justo después de cenar por motivos similares.

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