La infección «suele comenzar como un resfriado, con moco nasal, tos y, a veces, fiebre. Después de uno o dos días, la tos empeora y el niño tiene una respiración más agitada». | Redacción Local

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La bronquiolitis es el motivo de consulta más frecuente en puerta de urgencias en menores de dos años y lactantes con la llegada del frío, según especialistas de Quirónsalud, que destacan que los bebés de menos de seis meses y los prematuros tienen más riesgo de padecer esta infección, frente a la que aconsejan lavar las manos antes de coger al niño y evitar los lugares concurridos para prevenir contagios.

«Los síntomas de esta infección pueden variar mucho», según ha explicado en un comunicado la doctora Adalgisa de Caro, pediatra de Hospital Quirónsalud Murcia, que detalla que la infección «suele comenzar como un resfriado, con moco nasal, tos y, a veces, fiebre. Después de uno o dos días, la tos empeora y el niño tiene una respiración más agitada».

Además, algunos de ellos pueden tener dificultad para respirar y ruidos en el pecho como pitos o silbidos. Este tipo de virus tiene un «patrón estacional», ya que se presenta durante los meses fríos del año, «principalmente acompañando a las olas de frío como la pasada semana».

Los lactantes menores de 6 meses y los que nacieron prematuros tienen más riesgo de tener una bronquiolitis grave o de precisar tratamiento en hospital así como los bebés con problemas graves de corazón o de pulmón, como la fibrosis quística o la displasia broncopulmonar, y los que tienen déficits inmunológicos, ha precisado la doctora De Caro.

Su mecanismo de transmisión es de persona a persona, por lo que se debe evitar el contacto del niño con los familiares que presenten una infección respiratoria o catarro. «Si esto no es posible, evite toser cerca del niño y lávese las manos con agua y jabón antes de cogerle.

También se deben evitar aglomeraciones como centros comerciales o guarderías», ha sugerido la especialista María Ángeles Martín, pediatra del Hospital Quirónsalud Valencia. Otro factor que favorece la infección y que puede empeorar su curso es el humo de tabaco, por lo que se aconseja no fumar cerca de los menores.

El curso natural de la bronquiolitis puede durar entre siete y diez días. «Pero es entre el segundo y tercer día cuando puede darse un empeoramiento», ha señalado la doctora Martín, que destaca la importancia de que «padres y cuidadores sepan reconocer los signos y síntomas de dificultad respiratoria que les debe alertar para acudir a un centro sanitario».

Al ser una patología de origen vírico, no existe un tratamiento específico ni curativo. «El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas mediante medidas como lavados nasales con suero fisiológico, dormir en posición semincorporada y evitar el contacto con el humo del tabaco», ha aconsejado la doctora De Caro.

Esta infección habitualmente cursa con fiebre, por lo que se pueden administrar antitérmicos como el paracetamol para aliviarla. «En ocasiones se indican broncodilatadores aunque su uso en la bronquiolitis es muy controvertido, ya que no ha demostrado eficacia en la mayoría de casos, según sus características clínicas y su edad, el pediatra puede probar el salbutamol y, en caso de respuesta, pautarlo para el tratamiento; en caso contrario, recomendará todas las medidas mencionadas previamente y controles periódicos para vigilar la evolución», ha puntualizado la doctora Martín.